Ciclo Mega Drive
Temed a la bestia
Hace muchos años en una noche sin luna, érase una vez un niño que fue raptado de sus padres mientras estos dormían. Los misteriosos secuestradores lo llevaron lejos de su tierra hasta el poderoso templo Necropolis, donde la indefensa criatura fue entregada a los Magos de la Oscuridad, los sacerdotes guerreros del Señor de las Bestias.
El niño fue llevado a las profundas entrañas del templo, atravesando un laberinto de estancias y pasadizos hasta las Cámaras de la Creación, donde los malvados magos practicaban sus artes negras, creando extrañas criaturas, plantas y trampas con el fin de custodiar la fortaleza del Señor de las Bestias. Aquel niño tenía reservado un empleo muy especial; extrañas pócimas obtenidas de la sangre mezclada de raras criaturas lo irían transformando lentamente en un odioso ser de fortaleza, agilidad y poder increíbles. Mediante un profundo trance de hipnósis, todo su pasado se borró de su memoria, para convertirse en el Mensajero Guerrero de las Bestias.
Durante muchos años el muchacho sirvió en el Templo, hasta que llegó el día fatal, cuando todas sus memorias volvieron impetuosas a su mente y se dio cuenta de la verdad de su pasado, una verdad que lo llevó por el sendero de la venganza contra sus señores oscuros. Nosotros fuimos aquel muchacho, el guerrero. Con sudor y lágrimas conseguimos destruir a aquéllos que destrozaron su vida.
Originalmente lanzado para Commodore Amiga, este inolvidable título transportaba al jugador a un mundo muy diferente a los que hasta el momento nos había acostumbrado la competencia dentro del género plataformero. Su peculiar estética plasmaba un universo malvado y retorcido, poblado por una gran diversidad de extrañas e infames criaturas. Un mundo peculiar, salvaje y primario en el que la tecnología y cierto aire futurista también estaban presentes.
Con una inolvidable sensación de profundidad en los escenarios y una excelente banda sonora, dos de sus señas de identidad más recordadas, Shadow of the Beast mostraba una dificultad notable dentro de una experiencia que también incluía dosis de exploración y disparos. En ocasiones, el juego también sorprendía al jugador con originales y llamativos efectos visuales. La rapidez de reflejos, memorizar los peligros a base de sucumbir muchas veces y golpear a los enemigos en el momento exacto, todo un arte que había que llegar a dominar con una precisión maestra.
Shadow of the Beast es un auténtico clásico de Mega Drive, un cartucho duro de roer y un plataformas con una marcada personalidad que no debería faltar en tu sección coleccionista dedicada a la consola de SEGA.
Shadow of the Beast
- Año: 1991
- Plataforma: Mega Drive
- Género: Plataformas
- Desarrolladora: Psygnosis
Después de tanto tiempo con una Megadrive, jamás jugué a este juego ni siquiera lo alquilé 🙁
Ha sido ahora, durante el finde pasado, cuando por primera vez conseguí terminarlo entero Víctor. Más vale tarde que nunca. ¡Anímate! Es chungo pero esa dificultad la utilizaron para esconder su duración. No es muy largo por eso lo compensan matándote muchas veces.
Un saludo
Una tarde lo jugué… no le dimos a saco, había más juegos que poner, pero nos resultó poco menos que desesperante. Eso sí, como bien dices, era impresionante ver el elevado número de planos de scroll que movía. Luego salieron juegos que se meaban en él en ese sentido, pero creo recordar que en su día, solo el Sonic era más «bonito» que él.
Que grande el Shadow of the Beast! yo tampoco vi el final pq no había tanta paciencia para empezar desde el princio tantas veces. Para q luego venga los Souls y todos sus fanboys hablando de su dificultad. Ese tipo de reto desesperante ya existia muchos años atras.
Sonic era mas llamativo Voyevodus, el juego para todos los publicos, SOTB era algo más… digamos,… crudo no?
Completamente. En todos los sentidos… menos en planos de scroll yo creo, que andarían igual. Sonic era más colorido, por supuesto mucho más rápido, y los sprites eran más grandes. Pero si no recuerdo mal (son muchos años ya jejejeje), llegamos a contar no sé si hasta 8 planos simultáneos moviendose a velocidades distintas aquella tarde. Juegazos del momento no llegaban a ese nivel, como The Revenge of Shinobi, Golden Axe o Ghouls´n Ghots, aunque los sprites eran más grandes también. Luego creo que hubo juegos que llegaron a tener hasta 12, y puede que 16, como Sonic 2 o World of Illusion. En Megadrive se trabajó mucho en este aspecto pues no tenía ni la paleta de colores de SNes ni su modo 7.