Una vez más hemos tenido el placer de ser invitados por Bethesda a probar uno de sus próximos videojuegos, en esta ocasión Wolfenstein: The New Order en su versión para PlayStation 4, a través de una demostración que tuvo lugar en el Hotel Gran Versalles de Madrid. Después de escuchar una breve introducción por parte de un miembro de Bethesda UK, nos pusimos manos a la obra para descubrir cómo es el regreso de esta leyenda de los disparos subjetivos.
Algunas franquicias o nombres del videojuego se caracterizan por no difuminar aquellas señas de identidad, manteniendo intacto su legado y convirtiéndolo en su símbolo, su bandera. Este es el caso de Wolfenstein: The New Order, la famosa serie que engendró el género de los disparos en primera persona ha regresado de la mano de Machine Games. A nivel jugable vuelve como un first person shooter de toda la vida, intenso y duro pero también introduciendo innovaciones interesantes, donde destacan una narrativa más trabajada y un ritmo más peliculero, dos características claramente introducidas con el objetivo de refrescar la serie y ahondar un poco más profundo entre el público. Para esta ocasión, esta nueva entrega no pretende dejarse ni una sola bala en el cargador pero también ha querido fortalecer sus tiroteos con novedades y una linea argumental sólida y con gancho. The New Order destaca por su nueva y original ambientación histórica, situado en unos años sesenta alternativos en los que mediante una misteriosa y avanzada tecnología, los nazis han conseguido ganar la Segunda Guerra Mundial y aplastar a las naciones más poderosas.
Durante los primeros compases pude disfrutar de una experiencia típicamente «Wolfenstein» con unos niveles ambientados en 1946, a bordo de un avión desde el cual disparamos junto a otros compañeros para repeler el ataque de un grupo de cazas alemanes, esos prototipos de aviones a reacción tan chulos que parecen impensables a finales de los años 40. Una vez derribados por el enemigo, la acción nos llevaba por una serie de búnkers y trincheras que servían como antesala a unas enormes instalaciones que después me llevarían a continuar con el clásico asalto a un castillo, experimentando los primeros enfrentamientos contra las aberraciones tecnológicas nazis. ¡Si, esto es Wolfenstein! En ese espacio de tiempo se comprimió la esencia de esta veterana serie, los clásicos niveles lineales, sus feroces tiroteos rápidos desde las esquinas y a corta distancia, botiquines, armas de gran tamaño, así como multitud de guiños a la serie, incluso a mi mente acudían algunas reminiscencias de Medal of Honor.
La verdad es que durante el transcurso de los primeros tiroteos, alrededor de las primera media hora de partida, el juego me estaba dejando un tanto frío, estaba un poco ansioso. Es cierto que echaba de menos el espíritu de esos first person shooter de hace unos años, esa jugabilidad tan puramente noventera, incluso durante unos momentos en uno de sus niveles no supe hacia donde ir (difícil hoy en día perderse en un videojuego). Sin duda estaba disfrutando, y mucho, pero quería descubrir de una vez las novedades que me depararía El Nuevo Orden. Se hicieron un poco de rogar pero finalmente salieron a relucir. Al estilo tradicional y exigente se ha acoplado, entre otras novedades, la posibilidad de afrontar ciertas fases de forma muy sigilosa. Que un videojuego como Wolfenstein nos invite a la infiltración, utilizando una Luger con silenciador o un cuchillo para avanzar por los escenarios es algo que se agradece y sirve para ofrecer un poco más de variedad a su ritmo frenético y despiadado, donde sigue siendo posible disparar con un fusil de asalto en cada mano, algo casi impensable en la mayoría de los FPS actuales.
El juego conserva sabiamente esos elementos clásicos, rechaza la regeneración automática de salud (limitada a un 20%) manteniendo los botiquines y la mejora de armadura, capaz de aumentar el nivel de vida por encima del límite y descendiendo poco a poco. Esta característica se agradece ya que de nuevo volveremos a vigilar nuestro nivel de salud, explorarás el mapa para buscar una migaja de vida, se acabaron los paseos por el parque. No es que sea un videojuego extremadamente difícil pero es que los shooters actuales son demasiado fáciles.
También se introducen otros elementos actuales, como por ejemplo un sistema de mejoras que solamente se activarán llevando a cabo unas determinadas acciones durante el juego. La destrucción de coberturas garantiza que no te quedarás en un mismo sitio demasiado tiempo mientras accedes a una rápida ruleta de selección a las diferentes armas que portamos. Durante uno de los diálogos, el juego también se atrevió a plantear una dura decisión. Las cinemáticas están repletas de acción y espectacularidad. Merece ser mencionado el diseño de las nuevas tropas nazis y su avanzado equipo, reflejando esa evolución tecnológica sobre ellos y ese nuevo mundo que se avecina. Viéndolos en acción, no es descabellado pensar en sus camaradas Helghast de la serie Killzone y unas armas toscas y de gran tamaño que pueden recordar a las que disparaste en Resistance.
La influencia de otros shooters notables puede ser probable pero Wolfenstein: The New Order mantiene intacta su identidad, demuestra carácter y originalidad. Sus exigentes tiroteos a través de niveles lineales contra enemigos férreos, una jugabilidad conservadora dentro de su género enriquecida con algunos elementos más actuales y una historia con un argumento más profundo y trabajado aderezado con una gran banda sonora dan fé de ello. Esta nueva faceta queda muy reflejada en su guión y en los diferentes y carismáticos personajes que encontraremos, así como en la variedad de situaciones que planteará el juego. Aún es pronto para saber el peso real de estos factores, pues en dos horas y pico de juego solamente puedes hablar sobre algunas características. El alcance que puedan tener otras es más complicado.
Wolfenstein: The New Order regresa para enriquecer los shooters más tradicionales, algo que, sinceramente estoy seguro que va a lograr. Su estilo clásico divertirá a los fans del género, sobre todo aquellos jugadores exigentes. Su historia promete y su nuevo enfoque argumental contribuye a poner de moda el nombre de Wolfenstein y actualizarlo, pero aquellos usuarios que estén esperando un videojuego rompedor y novedoso, técnicamente hablando, quizá no deban hacerse demasiadas ilusiones. Al tratarse de una demostración y dado que el juego se lanza el 23 de mayo, lógicamente dicha demo no representaba el aspecto final del juego, pero no creo que en este aspecto estemos hablando de un nuevo referente tecnológico dentro de la nueva generación. La versión que pude disfrutar era la de PS4, el mando y la consola encima de la mesa así lo corroboraban pero si me dicen que es de PS3 o Xbox 360 fácilmente lo hubiera creído sin dudarlo. No obstante, no creo que la obra de Machine Games busque destacar por su desparrame gráfico, su objetivo es recordar a todo el mundo quién popularizó el género, revitalizarlo, guiñar un ojo a los fans más veteranos y retar al público más actual. Sin duda un juego que los amantes de los disparos subjetivos deben tener en cuenta.
FUUUUCK!!! q pinta tiene este juego gente
Tiene buena pinta, aunque con la saga Wolfenstein nunca se sabe, a mi por lo menos desde W3D que no me he vuelto a enganchar. Aunque tengo esperanzas con este New Order 🙂
Return to Castle Wolfenstein me divirtió bastante la verdad sea dicha. Después de ese juego no he vuelto a tocar la serie pero esta entrega me ha dejado gratas sensaciones, en parte por aquello de romper con tanta tendencia actual, Battlefield, CoD, Borderlands… Volver a los orígenes y recordar los clásicos a menudo es bueno y siempre debe ser fuente de inspiración.