Al margen de la supuesta rebaja gráfica que ha experimentado Watch Dogs en las versiones de consola, concretamente en PS4, creo que es buen momento para empezar a preguntarnos cosas realmente importantes, independientemente de la calidad de los gráficos, al final un aspecto siempre más secundario. Al menos así debería ser.
El envoltorio no lo es todo, vivimos unos días excesivamente superficiales donde parece que lo único que importa es el despliegue visual y el entretenimiento cinematográfico. El lanzamiento de Watch Dogs está cada vez más cerca y llegados a este punto deberíamos tener otro tipo de inquietudes, como por ejemplo qué es lo que tiene que ofrecer el nuevo videojuego de Ubisoft y si realmente será suficiente para conseguir destacar o brillar con luz propia dentro de un género que está experimentando un gran crecimiento. ¿Nos encontramos ante el comienzo de una serie que tomará en algún momento el relevo a Assassin’s Creed, o de lo contrario ambas franquicias experimentarán un crecimiento paralelo?. Todo es posible, más aún en un momento como en el que nos encontramos, donde cada vez más se desarrollan videojuegos para consumidores, no para jugadores.