La filosofía de Dotemu se articula en la apuesta innegociable por los esquemas de la jugabilidad clásica. Mecánicas rústicas, contrastadas e infalibles, envueltas en una licencia mítica para armarse con una nostalgia que siempre se trata con profundo respeto y se impregna de la mayor calidad posible. Algo embriagador para el jugador, pero peligroso para el análisis del crítico responsable. Una de las claves del éxito de la editora francesa es su capacidad para acertar eligiendo sus proyectos y las manos y las mentes que se los hagan. Tortugas Ninja: Shredder´s Revenge sabe aprovechar la tecnología y los años recorridos para convertirse en el mejor título de las Tortugas en muchos aspectos. Sin embargo, su afán por llegar a un espectro enorme de jugadores hace que la intrascendencia termine azotando buena parte de sus logros.
Después del doloroso batacazo del anterior juego de las Tortugas Ninja que perpetró Activision vía Platinum, Nickelodeon era reacia a dejar la licencia en manos de nadie. Pero después de años de aproximaciones entre Dotemu y el canal de televisión estadounidense, el éxito de Wonder Boy: The Dragon´s Trap, a todos los niveles, acabó haciéndolo posible. Y para una nueva obra de las Tortugas se acudió a Tribute, estudio fundado por los ex de Ubisoft Jean-Francois Major, Jonathan Lavigne y Justin Cyr, que figuran entre los responsables de Scott Pilgrim vs The World y el TMNT de Game Boy Advance. Decisión inteligente y acertada de Dotemu que el resultado confirma.
Si bien Shredder´s Revenge es el juego de las Tortugas más largo, completo y profundo, así como un avanzado exponente de su género en los días que corren, se queda a medias a la hora de calibrar lo que da para que se emplee. Su compromiso con el nivel de exigencia de los arcades originales es nulo, y el enorme repertorio de golpes, magias y combinaciones que ofrece funciona bastante más como adorno que como herramienta para necesidades. Apenas demanda habilidad a los mandos ni tiempo de meditar las opciones para afrontar situaciones. Apretando dos botones a la vez de modo compulsivo se puede superar cualquiera de los dos modos que ofrece en el nivel medio de dificultad, atentando contra la virtud como brawler y la identidad de lo que viene a honrar.
Los viejos juegos de las Tortugas de Konami no apostaban por el choque tan frontal como los beat´em up de Capcom o el Streets of Rage de Sega. Nunca fue aconsejable quemar el combo clásico que se encadena al usar el comando de ataque. Antaño, cada ítem y trampa o elemento del escenario que ayudara a mitigar el acoso enemigo era indispensable. Aquí no. Pero compensa, en parte, por el mimo que Tribute le ha puesto en todo lo demás. El nivel de identificación de cada personaje es muy elevado, con movimientos y magias únicas, o el doblaje de su correspondiente voz original de la serie. Su esfuerzo por diferenciar a los protagonistas, aún más, con tres parámetros básicos se agradece, pero resulta prácticamente irrelevante. La duración del juego es elevada en el modo Arcade y no demasiado alta ni estimulante en el modo Historia, que comparten las 16 fases.
Un respetuoso golpe de la nostalgia
A nivel visual, se ha optado por el pixel art para ligarlo más a las obras originales y al espíritu de aquellas placas de los salones. En cuanto al sonido, si bien los efectos pasan demasiado desapercibidos, los cortes musicales brillan con temas que firman artistas como el rapero Mega Ran, el guitarrista Jonny Atma o algunos integrantes del grupo de hip-hop Wu-Tang Clan.
Para dotar de variedad al desarrollo simplista del brawler se ha optado por rescatar, y hacer más numerosas, las fases en skate, que apenas aportan leves matices a la jugabilidad. Se ha incorporado una barra de ataques especiales, y un sistema de progresión para atributos y magias, que ameniza las horas a sus mandos, pero en ningún momento se hace de verdad necesario salvo si se juega en niveles altos o se pretende superar alguno de los retos de los logros/trofeos. El juego está bien calibrado en todo lo relacionado con el control, hitboxes y el sistema de impactos, pero no se arrima a la excelencia ni goza de la precisión de otros exponentes del género recientes.
La variedad de enemigos es alta, pero tiene poco peso. Los ninjas de Shredder y los robots de Krang son muy vulnerables. Los bosses, infernales en los arcades, son trámites. Las trampas, algunas nuevas y otras reconocibles, castigan demasiado poco. Sin embargo, su multiplayer es rotundo y el elemento que dispara el juego hasta lo sobradamente notable. Si bien el caos imperante en partidas masivas es transversal a casi todos los beat´em ups y TMNT Shredder´s Revenge no se escapa, su diseño y carácter desenfadado le favorecen en este aspecto.
Teenage Mutant Hero Turtles y Turtles In Time eran juegos simples, pero complejos. Nunca tuvieron tantas opciones en combate como otros brawlers, pero jamás fueron títulos asequibles, y el nivel de pericia y de aprendizaje que requerían para superarse eran elevados. TMNT Shredder´s Revenge se aleja de la naturaleza tragamonedas de los originales y de lo que implica a la hora de exigir a quienes lo juegan. No obstante, se ha potenciado y ampliado todo lo que los clásicos ofrecen, y nunca antes se vieron Tortugas con semejante repertorio de ataques y posibilidades. Obra altamente rejugable, y un título del que tirar en visitas y partidas rápidas sin fallo; perfecto para iniciar a jugadores jóvenes, simple y llamativo, con personajes llenos de carisma para todos los públicos.
Disfrazan un producto altamente comercial con la nostalgia de su aspecto pixel art, lo honran al hacerlo más profundo y más largo y lleno de opciones de juego que ninguno, una banda sonora a la altura y respeto por los personajes. Una obra que no llega a los niveles de los grandes de su género más modernos, pero que ofrece contenido y posibilidades como ninguno. Que sabe dónde hacer los sacrificios y cómo compensarlos. Sabe justificar los sacrificios en la medida de lo posible. Hay sacrificios que son imposibles de esconder, pero Dotemu ha sabido justificar hasta donde le ha sido posible.
Así pues, Dotemu y Tribute han tomado un producto antaño exigente y se han tirado de cabeza a las piscinas más comerciales, pero logran llevar un beat ´em up de las Tortugas Ninja hasta máximos históricos en cuanto a acabado, opciones, horas de vida útil y posibilidades en combate. Sim embargo, resulta tan asequible que revienta el calibrado de la utilidad de tanto nuevo repertorio. Ese desequilibrio termina por afectar a otra de sus bondades: la duración. El nivel de desafío no termina casi nunca por compensar la simplicidad de las mecánicas de un brawler.
No obstante, TNMT Shredder´s Revenge es el juego más completo y más lleno de contenido de las Tortugas Ninja. Un beat´em up sobradamente notable, lleno de movimientos, de personajes y de fases, con un multijugador incontestable. Destinado a jugadores de toda clase, más efectivo entre los más jóvenes y los más nostálgicos, pero de manera consciente. Porque sus defectos no son errores, y Dotemu vuelve a dar en el blanco.
Teníamos ganas de pillar este Tortugas. Sin embargo, últimamente me he llevado cierta decepción con los últimos neo clásicos que hemos recibido. El Astérix & Obélix supuso un tremendo chasco por la superficialidad y la repetición de su propuesta. Este Tortugas Ninja resulta bastante mejor, por duración, elenco de personajes y número de niveles. Sin embargo enseguida acusas la intención de abarcar un público más amplio evitando apretar al jugador. Demasiado sencillo y sin complicaciones, pero efectivamente esto no puede considerarse un completo error. En cualquier caso, siempre nos quedará Streets of Rage 4. Un gran juego aunque su nuevo apartado gráfico no terminó de conquistarme. Gran análisis Voyevodus, sobre todo porque no dejas llevarte por la nostalgia a la hora de reflejar virtudes y aquello que no pretende este nuevo beat em up. Un abrazo.
Así es. No creo que sea un error no consciente haberlo hecho tan accesible. Pero al fin y al cabo, le acaba pasando factura, porque su enorme catálogo, de todo, termina por ser más llamativo que necesario
Abrazo pa´ti también.