Un triste cumpleaños
Utilizar personajes famosos del cómic y los dibujos animados en videojuegos mediocres era una práctica habitual. Bugs Bunny, siendo el personaje más representativo de los Looney Tunes, fue el afortunado protagonista de varios juegos desarrollados por programadores de dudoso talento. En aquellos tiempos, ver a Bugs junto a sus dementes amigos en la caja de un juego era motivo suficiente para desear jugarlo. The Bugs Bunny Blowout tiene el honor de situarse entre aquellos juegos de NES que sacaron peor provecho de personajes carismáticos y adorados por niños de todo el mundo.
El reto consiste en superar seis mundos y sus respectivos cuatro niveles. La ambientación de estos mundos es variada, pero típica. Bosques, cuevas y desiertos están representados con un estilo simplista y algo descafeinado. Por otro lado, los niveles cuentan con una buena distribución de los obstáculos, aunque la constante reaparición de los enemigos puede resultar frustrante en algunas situaciones.
El sistema de juego se basa en saltar plataformas y acabar con los enemigos con un mazo. El control del movimiento de Bugs es preciso, disponemos de una buena velocidad y un salto de altura o un medio salto dependiendo del tiempo que mantengamos apretado el botón correspondiente. Sin embargo, la colisión del arma contra los enemigos desconcierta por una pésima implementación. Sale más rentable esquivar o posicionarnos sobre estos que intentar atizarles con el mazo.
Los enemigos son repetitivos, simples y absurdos. Podemos enumerarlos en dos líneas: relojes explosivos, personitas con cabeza de martillo, una especie de llamarada, cajas de jabón, líneas de puntos y algún insecto. Al final de cada nivel, nos enfrentamos a los conocidos personajes de la Warner, desde el pato Lucas al Demonio de Tasmania. Estos combates carecen totalmente de inspiración y resultan aburridos por su extrema sencillez.
El aspecto más negativo de este título es el nefasto desplazamiento lateral y vertical de la pantalla. Los desarrolladores suspendieron la lección que trataba sobre la suavidad de desplazamiento en Super Mario Bros. Por lo tanto, lo que podía haber sido un juego entretenido y sencillo con buenas plataformas, se convierte en todo un método para el mareo y la pérdida de visión.
El apartado sonoro contribuye casi a la perfección con esta sensación de mareo y la reiteración mencionada con respecto a los enemigos. La música consiste en una breve composición de unos segundos, una por cada mundo, que se repite en bucle. Algunas son bastante aceptables, pero la constante repetición puede volverte tan majara como estos simpáticos dibujos. Por suerte, el juego no es largo ni difícil.
En definitiva, los únicos aspectos disfrutables de este título son la distribución de los obstáculos y unos buenos gráficos para los estándares de 1990. La repetición de enemigos, el terrible desplazamiento de la pantalla, la música machacona y los combates poco inspirados contra estos queridos dibujos animados, hacen de Blowout un juego mediocre, únicamente apto para enfermos de los 8 bits.
Antes era muy habitual hacer esto en los videojuegos, usar personajes de cómics, dibujos animados o películas para vender. Los resultados en la gran mayoría fue pésimo como es este caso, pero hay uno en concreto que fue terrible, el juego de Solo en Casa, dios mío!!! Eso es otro nivel de maldad.
Práctica habitual en los videojuegos durante años y que siempre suele terminar mal. Cuando intentas trasladar un éxito a otro formato únicamente con la imagen de la portada sin cuidar el funcionamiento del otro medio al que lo traspasas es un desastre. Resulta interesante hablar también de videojuegos malos para entender por qué lo son.
Nunca fui muy amigo de los Looney Tunes en los videojuegos. En su día tuve el de Game Boy y no me gustaba nada. Creo que con aquel pequeño cartucho gris tuve mi ración de Looney Tunes. Prefiero recordar las cintas en VHS con sus dibujos. Siguen siendo realmente buenos.
Gran texto Belmont.
Gracias por comentar.
Es difícil encontrar un buen juego basado en dibujos animados o películas en la época de los 8 bits. No porque no los haya, personajes de Disney o Astérix tuvieron auténticas joyas, sino por la cantidad de juegos mediocres que los rodean. Tengo un par pendientes de los Looney Tunes que tienen buena pinta.
como se logra crear un blog tan bueno?
Pues al margen del trabajo, la dedicación y esfuerzo que un blog así requiere, lo más importante es que hacemos lo que nos gusta y además disfrutamos con ello. Y si sumamos el hecho de poder hacerlo con nuestros amigos, la fórmula es perfecta!!! Saludos…
Recuerdo jugar a uno de estos juegos de los Looney Tunes en mi NES cuando era canijo y me parecía una maravilla. Era fácil de convencer entonces jajaja. Y cualquier dibujo animado en un juego de plataformas era algo que me atraía muchísimo. Creo que el que más disfruté en NES fue el de Los Picapiedra. No lo recuerdo tan malo pero puede ser que la nostalgia me juegue malas pasadas.
La explotación de personajes conocidos en juegos de dudosa calidad es algo que nos acompañó en toda nuestra infancia. Es algo que se ha perdido, tal vez para bien, ¿no?.
Quitando algunos de Marvel, no parece que salgan tantos juegos basados en series animadas o cómic como antes.
Apunto Los Picapiedra para una próxima partida.