En 1988, NAMCO LTD. lanzó a los salones recreativos Splatterhouse, juego de estética macabra que causaría un gran impacto. Lo primero que impresiona es el aspecto del personaje principal, pues parece directamente sacado de una slasher movie. Este género, muy popular en los años ochenta, produjo una serie de películas de culto como Halloween o Viernes 13. Sin duda, esta última inspiro a los artistas de NAMCO para diseñar a Rick, nuestro avatar en el juego.

La versión arcade comienza con Rick y Jennifer sorprendidos por una terrible tormenta en mitad de un bosque. Para resguardarse de la lluvia, buscan refugio en una acogedora mansión. Al cruzar el umbral, Jennifer grita ante un horror desconocido. Fundido en negro. Rick yace en el suelo y sobre él flota una extraña máscara que toma posesión de su cuerpo. Con su nuevo look a lo Jason Voorhees debe encontrar a Jennifer.

Con el lanzamiento de Splatterhouse en consolas se añadió nueva información. Así descubrimos que Rick y Jennifer son estudiantes de parapsicología que se dirigen a la mansión donde el desaparecido doctor West realizaba sus experimentos. Para promocionar la versión de TurboGrafx se publicaron unas pocas viñetas en cómics y revistas especializadas a modo de anuncio.

Splatterhouse, videojuego de desplazamiento lateral (side-scroller), consta de 7 niveles en los cuales recorremos la Mansión West. Para avanzar nos enfrentamos a diferentes engendros surgidos de un mundo de pesadilla. Muertos vivientes, criaturas del abismo, mutaciones, experimentos fallidos de carne humana, se interponen en nuestro camino. Gracias a la fuerza sobrehumana que nos otorga la máscara y a unos pocos objetos que encontramos por los escenarios, un cuchillo de carnicero, una piedra o un palo, combatimos a estas abominaciones entre vísceras y todo tipo de fluidos.

Los movimientos de Rick, aunque escasos, proporcionan una jugabilidad sencilla y satisfactoria. Disponemos de un puñetazo, una patada baja, una patada voladora, un barrido y un salto para evitar los obstáculos. La mayoría de los adversarios no causaran muchos estragos, pero los jefes de final de fase pueden ser un reto para nuestra simple fuerza bruta. Estos enemigos destacan por su diseño, por ejemplo, nos enfrentamos a sanguijuelas devoradoras de cadáveres o un poltergeist.

El aspecto gráfico de las seis fases también resulta bastante evocador. Recorremos mazmorras donde cuelgan cuerpos en diferentes estados de descomposición, fosos repulsivos, bibliotecas encantadas, una capilla, entre otros horribles escenarios. Aunque con las limitaciones de la época, hablamos de un juego con altas dosis de fluidos y vísceras.

Splatterhouse se lanzó para consolas domésticas, TurboGrafx-16 y FM Towns, y PC. Sin embargo, estas versiones tenían censura y modificaciones con respecto al arcade. Posteriormente, Rick continuó sus andaduras en Mega Drive con Splatterhouse 2 y 3. El último lanzamiento de la saga fue en Playstation 3 y Xbox 360. Esta entrega rescataba y devolvía la saga al principio en un juego de combates, al estilo God of War, centrado en los combos. Actualmente, se puede disfrutar del primer juego en su versión de recreativa en la recopilación NAMCO Museum.

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