Da igual cuántas veces visite la Mansión Spencer, siempre lo disfruto como si fuera la primera. Podría deciros dónde aparece cada uno de los enemigos y aún así me sigo asustando con ellos. Y sorprendiéndome al descubrir quién ha traicionado a los STARS cuando de sobra es conocido por todos. Este primer Resident Evil para GameCube hizo muchas cosas bien pero, ante todo, convertirse en la piedra angular de lo que debe ser un remake. Aunque de eso no es de lo que quiero hablaros hoy, prefiero hacerlo de por qué es mi entrega favorita sin ser -por poco- la mejor de todas.
Antes de la pantalla de título, veíamos como un cadáver se levantaba en una morgue y todo se silenciaba tras un disparo. Dieciocho años después sigue siendo igual de atrayente y perturbador, como todo el juego. Mikami tuvo la oportunidad de reescribir el original de 1996 contando con un apartado gráfico sorprendente para la época, cercano al fotorrealismo en los fondos. Estos seguían siendo prerenderizados, por lo que los modelados de personajes y enemigos podían llevarse toda la carga poligonal. Hace poco lo he vuelto a jugar en su versión HD para Switch y sus gráficos siguen siendo alucinantes; aunque no puedo decir lo mismo de las escenas CGI pues han envejecido mal.
Pero los gráficos no son lo más importante en un juego, aunque aquí ayuden muchísimo a la atmósfera. Es la narrativa unida a la jugabilidad, y en este -cariñosamente conocido como- REmake sigue siendo fascinante. Con jugabilidad no me refiero a los controles en sí (que no todos como yo adoran los tipo «tanque») sino a cómo el juego nos hace pensar dos veces antes de abrir una puerta o disparar a un enemigo. Limpiar un pasillo de zombis y dejar que campen en otro era algo que no sabíamos en la primera partida, lo aprendíamos a base de mordiscos.
Me fascina el argumento de los primeros RE, cómo Umbrella la lía y lleva al desastre a Raccoon City. Y el REmake es el que mejor nos transmite esa sensación de sobrevivir a algo muy grande haciéndonos ante ello pequeños. Escenarios claustrofóbicos, sensación de soledad y disparos contados son sus bazas para ello. Algo que Capcom no supo mantener a largo de la saga. Y es que ir por un pasillo estrecho con poca munición y sin saber qué hay tras una puerta seguirá siendo la verdadera esencia Resident Evil.
Os recomiendo jugar a oscuras para volver a los orígenes del survival horror. Pues entrar a una estancia y quedaros quietos para escuchar de dónde vienen los pasos o gemidos es algo que ya apenas podemos ver. Y este miedo al fuera de pantalla se lo debemos a que REmake fue concebido como una película, con algunos de los mejores planos que he visto, incluso en cine. Me he sorprendido muchas veces dejando el controller en la mesa para admirar la composición de la imagen. Cómo los fondos tienen ese nivel de detalle y la colocación de la cámara, lista para enfatizar al escenario, al personaje o al enemigo.
El desenlace en la mansión lo conocíamos todos pero Mikami introdujo nuevas historias y mecánicas que hacían el juego mucho más interesante. Aún tengo escalofríos al sentir el gemido de Lisa o cómo los Crimson Head me perseguían por los escenarios. Capcom no se limitó a coger el original de PSX y actualizar los gráficos, hizo un juego muy cuidado que lo convertía en la razón por la que hacerse con una GameCube. Lo anterior había sido el magnífico RE Code: Veronica (Dreamcast, 2000) estrenando escenarios poligonales y juntando a los hermanos Redfield, todo un fan service. Pero REmake parecía de una generación más allá aunque nos devolviera a los orígenes.
Su legado no fue más allá de RE Zero lanzado para GameCube en 2003. Esta precuela es un buen juego con ideas frescas en la saga, pero un argumento cogido con pinzas y unos protagonistas sin mucho carisma nos dejaron un poco fríos. Y es que REmake lo había hecho demasiado bien. Digamos que es el último gran RE clásico, el de la escuela de los 32 bits, cuando las limitaciones hacían que los genios como Mikami se las ingeniaran para sorprendernos. Y es que este juego, como dicen al presentarnos al Tyrant, «Its magnificent».
En su momento este era uno de esos juegos que hacía sentirte afortunado por tener una GC. La primera vez que lo vi me pareció una pasada pero es que a día de hoy me sigue pareciendo la hostia. Como bien dices, RURYK Z, es la piedra angular y el ejemplo perfecto de lo que debe ser un remake. Su renovado apartado gráfico respecto al clásico de 1996 lo ha hecho aún más perdurable y accesible en el tiempo (en términos visuales) y aún contando con el Resident Evil HD Resmaster sigo quedándome con esta versión de GameCube, y me ocurre lo mismo con RE4.
Leyendo tu artículo me han dado ganas de empezar de nuevo este REmake.
Totalmente de acuerdo, esto es lo que debe ser un remake. Para mi los Resident de GameCube son los que más he disfrutando, fueron el matrimonio perfecto. Hay que recordar más a esta consola al igual que Dreamcast y que sean recordadas como merecen.
Sin ningúna duda un juego al que el tiempo parece no afectarle, muy bueno y rejugable a más no poder yo estoy jugando el HD y el zero me lo pille hace nada solo para saber que le ocurrió al bravo team.
En mi opinión es el mejor Resident Evil de la serie y el mejor remake que se ha hecho de un videojuego. Es fiel al original en lo jugable pero añade pequeña mecánicas y detalles que le sientan como un guante (que aprendan los del FFVII remake). Gráficamente sigue aguantando el tipo perfectamente.
Opino como vosotros en todo, incluso subo un poco la apuesta y digo que me parece uno de los mejores juegos de la Historia. Dentro de la serie tal vez RE2 lo hizo un poco mejor, era un juego casi perfecto, pero REmake tiene un encanto especial. Era todo lo que habían querido hacer y no habían podido en la anterior generación, y se nota el esmero con el que Mikami lo hizo. Aunque luego Nintendo recibiera la puñalada por la espalda de Capcom… pero eso es otro tema.
Jugar al original y luego al de GameCube te hace ver lo rápido que cambiaba por entonces la industria del videojuego, ¡es que solo los separan 6 años!
A grandes rasgos el remake de RE2 ha sabido coger la esencia de este REmake, aunque no me gusto nada el cambio de cámara al hombro, pero eso sí, le sienta a la perfección.
Totalmente de acuerdo. Y sí, yo también soy muy fan de los controles “tipo tanque”
No he jugado a este remake. Jugué no hace mucho al de PS4. Y en su día al original.
Para mí no hay ninguno como el 2.
Mi orden sería: 2, 4, 1, 2 remake, CV, 7 con gafas, 3, 5, 7 sin gafas y 6. No he jugado ni al 0 ni al remake del 3. Los spin off no los meto.