He aquí un artículo improvisado, por eso de que para nada me esperaba que en un día como el de hoy pudiese probar las Oculus Rift, y por eso de que, una vez en el turrón, para nada pensé en hacer un artículo sobre ello. Pero aquí estoy, dispuesto a contaros muy brevemente como fue mi experiencia con las ahora gafas de realidad virtual de Facebook.
El modelo que tenían para probar es el primero, el de 800×640 pixeles por ojo, por lo que teniendo en cuenta que la versión final se espera que ofrezca resolución Full HD (1920×1080 por ojo), mejor que me centre en las sensaciones más que en la parte técnica. De todos modos, diré que los pixeles eran grandotes, y que había cierto “blur” casi en todo momento… aunque eso quizás era debido en parte al propio software, ya que según tengo entendido (no les pregunte a los dependientes) ese era un negocio donde desarrollaban su propio homebrew. De hecho, uno de los videos con los que se podía probar Oculus Rift estaba inspirado en la misma ciudad, Tokio, y como ya he dejado intuir, todos en general eran bastante modestos gráficamente. Así que tanto por el software como por el hecho de ser la primera versión de Oculus Rift, está claro que mis sensaciones en el aspecto técnico están muy lejos de las que ofrecerá el producto final, por lo que mejor no tomar conclusiones al respecto. El lado positivo de esto es que quedó todavía más patente el poderío de las gafas, ya que pese a lo simple del aspecto visual y a los pixelones, mi inmersión dentro del juego fue no buena, sino brutal, más allá de cualquier experiencia anterior. Imaginad entonces lo que nos deparará en 2015 cuando Oculus Rift se ponga a la venta a nivel de consumidor… pero venga, al turrón.
Eran 3 los videos que se podían probar, a lo que se le sumaba un juego de aviación. Así que nada, me senté en la silla (una de esas convencionales, ya sabéis, sin motores ni giroscopios, una silla normal, como la que tenéis en la cocina), apoye mis manos sobre mis piernas (por eso de que era un video; nada de controles), y me puse las gafas (muy cómodas y fáciles de ajustar). Entonces me quedé a oscuras, por lo que uno de los amigos con los que fui apretó la barra espaciadora a mi señal. Entonces empezó el show. Este era el video la montaña rusa, y sí, mi campo de visión era de 360 grados. Si miraba hacia arriba veía el cielo o el Tokyo SkyTree. Si miraba hacia mi izquierda veía a un robot sentado junto a mí en el vagón, casi parecía que podía tocarlo… Y si me inclinaba y miraba hacia abajo, podía ver el precipicio, montaña rusa abajo. No hay escapatoria, una vez te pones las gafas te metes de lleno en el juego y mires donde mires estás ahí, sin pantalla, ni luces, ni decorados de fondo… es real. Y digo que es real porque de hecho eso es lo que en cierto modo percibe nuestro cerebro, que totalmente engañado por el truco, nos trasmite no solo sensaciones visuales… ¿Sabéis el cosquilleo en la barriga cuando tomáis una bajada a gran velocidad en el parque de atracciones? Pues eso mismo sentía yo a cada descenso (aunque no tan intensamente como en la realidad, claro está). Y a las curvas, era fácil imaginar como mi cuerpo se inclinaba ligeramente, pese a que en realidad estaba simplemente sentado en una silla convencional mirando un video.
Luego probemos el juego de aviones… vaya mareo. Literal. Al acabar todos coincidimos en que teníamos el estómago revuelto, y eso que en realidad solo habíamos estado 2 o 3 minutos estáticos, pilotando un avión virtual. Pero tanto en nuestro cerebro como en nuestro cuerpo, la sensación era la de haber estado dentro de una especie de caza dando vueltas de campana y volando boca abajo… y quieras o no, eso te deja el estómago tocado.
El último que probemos (obvio el video de esquí porque era muy breve) fue un video algo fetichista pero que a mi personalmente me encantó. Al ponerte las gafas entrabas en una habitación infinita, de fondo blanco y aparentemente vacía. Ahora bien, al girar la cabeza hacia la izquierda se podía ver como justo al lado nuestro había una chica gigantesca, de estética anime. Al mirarla, esta levantaba su pierna y te ponía el pie en toda la cara… sí, lo sé… pero oye, si te inclinabas en el reposabrazos de la silla y mirabas hacia arriba, ¡podías verle las bragas! Llegados a este punto, tanto respecto al voyerismo como al hecho que tu cuerpo sienta sensaciones reales… es normal que lo que ahora mismo estéis pensando es en videos de chicas jugando con vuestro miembro… si, yo también quiero probar eso.
Así que en resumen… Oculus Rift (y la realidad virtual por extensión) no es solo una manera de ver los videojuegos (en el sentido de visión, no de entender), sino que es, literalmente, una puerta de acceso a ellos. Eso que siempre hemos soñado, el ENTRAR dentro del juego.. Oculus Rift es exactamente eso. Hasta día de hoy han sido muchas las propuestas que venían con la bandera de ser la ¿esperada? “revolución”, o la nueva manera de jugar. Sin embargo ninguna de ellas ha conseguido afianzarse como lo hizo por ejemplo el mando de control hace ya más de veinte años. Lo sabéis, vosotros mismos habéis probado todos esos cachivaches, y sí, son imperfectos. Que el mando de Wii tiene muchas limitaciones y no siempre funciona bien, que lo mismo pasa con Eyetoy o con Kinect (reconociendo sus enormes diferencias), y lo mismo ocurre con el 3D sin gafas o con la tecnología táctil. Todas ellas eran, y son, propuestas interesantes, pero que no logran ser todo lo polivalentes que prometían y que no siempre funcionan con la precisión que deberían y que, además de ademases, no siempre aportan algo positivo. Pues bien, con Oculus Rift (dígase realidad virtual), nada de esto ocurre. El producto es perfecto (casi, pero en 2015 lo será), no hay fisuras, no hay ángulos muertos ni expectativas incumplidas. Creo (a nivel personal) que la realidad virtual es una nueva manera de jugar a los videojuegos que va más allá de ser un accesorio o recurso para llegar a considerarse una evolución. Quedan aún muchas dudas, lo sé, como su uso en sesiones largas de juego o en juegos en tercera persona (aunque ya se ha probado en esos casos y parece que también es brutal, que te da la sensación de ser un espectador omnipresente). Pero ya sabes, cuando pruebas el Wiimote te das cuenta que falla, cuando pruebas Kinect, lo mismo… en cambio, Oculus Rift no falla, funciona genial. Y lo que es más importante, aporta algo claramente positivo, mejora lo presente, no lo complica.
Si queréis probar las Oculus Rift y da la casualidad que, o bien residís en Tokio o bien planeáis visitar la ciudad durante este verano, entonces debéis pasaros por una tienda llamada “G-Tune Garage” (aquí la dirección: 東京都千代田区外神田3-13-2), situada en el barrio de Akihabara, hacia la derecha partiendo del emblemático edificio rojo de Sega, o lo que es lo mismo, dirección Ueno.
Aquí os dejo además un par de videos de Youtube donde se pueden dos de las experiencias que he mencionado:
Yo no se macho…no digo que las gafas estas no molen, pero de verdad las popularizaran y sera un pelotazo como cuando la psx, o la nintendo NES? Es que mi mujer me ve un dia con esas gafotas sentado en el salon y llama al psiquiatra.
Pero antes me da un bofeton…
Eso si…que suerte poder haberlas probado, a pesar de todo me molaria tener unas algun dia 🙂
Estupendo! Qué envidia me entra! Hasta ahora no me había picado el gusanillo pero ahora admito que me gustaría probarlas. Esperemos que el proyecto madure y llegue a España.
A juzgar por la explicación que das sobre tu experiencia Ginger, parece que esta vez la RV si puede ser un complemento más que interesante a la hora de disfrutar de un videojuego. Habrá que esperar a 2015 y a ver si se van aclarando esas dudas pero parece que esta vez sí podemos esperar algo realmente bueno.
Gracias por el post Ginger, muy chulo.
Saludos chavales!
joder Ginger q pedazo de envidia m das tronco! ahí en el corazón de Tokio city probando tods estas frikadas soñadas por cualquier amante de ls videojuegs dentro de 1 establecimiento con carteles de gigantes de SEGA. Y encima te vas de putas virtuales. Genial, esto cada vez se parece más a la peli de Desafio Total.
De putas virtuales! jajajaja! oh wait! con lo obsesionados que están con el sexo los japoneses seguro que venden más que la 3DS