El cine siempre ha sido una buena fuente de inspiración a la que acudir para crear videojuegos y Max Payne 3 es una soberbia película de acción de las de toda la vida con un argumento que fácilmente podría enclavarse dentro del cine negro. En términos jugables no inventa nada nuevo pero demuestra con creces que es uno de los mejores dentro de su materia. Aún así, inexplicablemente, terminó convirtiéndose en uno de los infravolarados de su generación.
Su brutal apartado técnico y el nuevo escenario donde transcurre la mayor parte del juego le confieren una personalidad más llamativa y exótica. Sao Paulo, la nueva ciudad donde va a parar el bueno de Max, al margen del argumento juega un papel protagonista y refuerza aun más la identidad de esta tercera parte.
El nuevo telón de fondo y los gráficos le confieren no solo una esencia renovada. Cada uno de los variados niveles donde tienen lugar los espectaculares tiroteos poseen la virtud de transmitir sensaciones tan dispares como glamour, riqueza, calor, decadencia y hasta sexo. Ya sea través de una sucia callejuela de una favela o acribillando las cristaleras de un ático de lujo, el jugador es capaz de percibir la realidad de un país como Brasil, cuna de grandes futbolistas, donde la pobreza, las grandes fortunas y una delincuencia a menudo brutal, conviven creando un curioso contraste. Esta cruda realidad se entremezcla dramáticamente con el argumento del juego y a menudo es narrada a través de los ocurrentes y sarcásticos comentarios de un atormentado Max Payne que sigue arrastrando la pérdida de su familia.
Afortunadamente el reguero de casquillos que va dejando nuestro protagonista, ahora guardaespaldas privado de la adinerada familia Branco, también nos lleva hasta su pasado. Rockstar, consciente de los orígenes del ex-policía neoyorquino, nos brinda algunos niveles a modo de flashbacks que sirven para dar sentido a la trayectoria actual del personaje y atesoran la atmósfera negra e invernal de aquella primera entrega lanzada en 2001. Sin duda un homenaje a los orígenes de la inolvidable obra de Remedy que alcanza su momento cumbre en ese nivel ambientado en un cementerio cubierto de nieve, donde nuestro protagonista permanece inmóvil observando la tumba de su familia, momentos antes de producirse uno de los tiroteos más emocionantes del juego.
Otra novedad interesante es como el desarrollo de la historia y a veces las circunstancias de cada nivel van afectando a la apariencia del personaje. Max luce esta vez un aspecto más envejecido y curtido por el paso de los años y alterna distintas vestimentas durante toda la partida. Este estupendo detalle alcanza su extremo en un punto clave de la historia, cuando aparece con la cabeza rapada, barba espesa y una llamativa camisa hawaiana. Claramente ese momento sirve para marcar no solo un punto y aparte en la evolución emocional del personaje, nos brinda la estampa visual más representativa de esta entrega con una imagen de Max completamente distinta. En los capítulos ambientados en el pasado por supuesto recupera el «look» habitual, con su inconfundible chaqueta de cuero.
La narrativa también cambia la forma de transmitirse en esta ocasión, el estilo de novela gráfica deja paso a una dirección cinematográfica brillante pero sin empalagar, conservando las profundas y oscuras reflexiones de Max, pero destapando un ritmo trepidante parecido a los films de Michael Mann con unos diálogos repletos de ironía y humor negro marca inconfundible de la factoría Rockstar. Otro detalle que sirve para otorgar más dramatismo a la historia son las distorsiones de la imagen durante las cinemáticas, un efecto intencionado que simula los efectos del alcohol y los analgésicos sobre Max. Este efecto va desapareciendo sistemáticamente del juego cuando el personaje decide dar un giro a su vida dejando estos malos hábitos.
Max Payne 3 no concede un momento de respiro, es un torbellino de acción y emociones que te envuelve descubriendo lugares insospechados a golpe de un impecable y espectacular «tiempo bala». Desde un cementerio de barcos, pasando por azoteas y callejones, hasta la cubierta de un lujoso yate o un aeropuerto. Por supuesto no faltan a la cita clásicos de la acción como saltos con intercambio de plomo a bordo de una lancha, un momento tenso como francotirador o un tiroteo dentro de una discoteca. La hiponotizante banda sonora firmada por el grupo HEALTH acompaña de forma brillante cada secuencia clave.
El motor Rage y el sistema de físicas Euphoria hacen un trabajo encomiable. A la arquitectura del juego hay que sumarle un control impecable y un trabajado sistema de daños sobre los cuerpos que al complementarse con el tiempo bala alcanza un nivel de diversión y espectacularidad muy satisfactorio. Pocas cosas malas pueden achacarse a este juego, quizá un par de fases que engañosamente parecen invitar al sigilo, o así al menos parece insinuarlo Max al inicio del nivel, cuando ajusta un silenciador en su Beretta, pero pronto descubrimos que de poco sirve, al igual que los golpes cuerpo a cuerpo. Pasar desapercibido nunca fue el fuerte de Max Payne, no lo necesita, al igual que ese movimiento de «giro rápido» tipo Resident Evil que incluyen los controles y que seguramente más de uno desconoce.
Max Payne 3 es bueno, muy bueno. Tan bueno que no necesita inventar nada nuevo, solo demostrar que es uno de los mejores y más divertidos juegos de acción en tercera persona de los últimos años, junto a obras como Resident Evil 4 y Gears of War.
Tengo la trilogía y este es mi juego favorito con diferencia, la escena mítica del aeropuerto con esa banda sonora me sigue poniendo los vellos de punta jeje
A mi también es el que me más me gusta con diferencia, es el más moderno y el trabajo que hace Rocsktar es soberbio pero el primero es inolvidable, desde luego. El comienzo del aeropuerto es tremendo con ese tema, pero sin duda yo me quedo con el inicio del nivel del cementerio, es muy «Max Payne»
Un imprescindible, sin duda. Recuerdo comprarlo con miedo hace unos años, por las imágenes vistas en la promocion, me encantaron los dos anteriores. Y fue toda una revelación comprobar que era Max Payne en estado puro, impresionante tecnicamente, artisticamente y sigue a la perfeccion la historia de los anteriores.
Como negativo, el multijugador. Creo que no lo necesita para nada.
Coincido como bien dice el colega Fran, un imprescindible de la pasada generación y toda una oda al genero de los disparos en 3a persona. El multi pues eso, la manía de meterlo con calzador para atraer a la morralla que solamente juega online, niños rata y restos de la generación ciber con sobrepeso
Divertido, intenso, muy bien acabado y con una atmósfera genuina. Pero exige poco, es simple como un martillo y resulta más plano que la última etapa del Tour de Francia.
Es bueno que también haya juegos un poco más simples, simples me refiero a la hora de jugar y entretener de forma rápida y divertida, sin demasiadas complicaciones pero con calidad. Ya le gustaría a la mayoría de los juegos actuales tener un modo historia con la duración y la variedad de escenarios que posee Max Payne 3. En cuanto a que exige poco, tienes unos cuantos niveles de dificultad interesantes para tener que apuntar un poco mejor y creeme que obliga a ello.
Sin ninguna duda un juegazo a mi también me da mono de max payne por momentos y eso que lo complete en todas las dificultades. El multijugador no era nada malo te podía gustar más o menos pero entretenido era.
Lo probaré , seguro que acabo enganchándome
excelente sitio
Juego muy top, pero bajo mi opinon me gusto mas el 2
buen sitio me encanta vuestro contenido