Maldita Castilla

Por Arturo, por Dios y por Castilla

Nunca he ocultado mi amor por Ghouls’n Ghosts. De entre todos los títulos de sir Arthur, siempre me pareció el mejor. No soy el único. Ya en el 89 del siglo pasado, EGM galardonó la versión de Yugi Naka para Mega Drive como juego del año. Algo que no volvería a suceder con ninguna de las secuelas y derivados que han venido llegando, ocasionalmente, hasta hoy. Ghouls´n Ghosts, sin salirse del esquema original, supo escarbar en la fórmula y encontró la manera de incorporar y afinar en su jugabilidad cada novedad que aportó. Porque esto no va de ofrecer más. Esto es el arte de conjugar lo que ofrezcas. Tomar la base de una obra tan rotunda como Ghosts’n Goblins para construir otra no tiene nada de novedoso, y enmarcar juegos dentro de un universo castizo tiene numerosos referentes en la época dorada del software español. Nuestra tradición se nutre de grandes títulos como Camelot Warriors, Sir Fred, Sir Lancelot, Don Quijote, El Cid, El Capitán Trueno, Jabato…

Mucho ha llovido desde entonces, y el enorme auge del videojuego independiente viene haciendo posible que creadores con recursos escasos, altas dosis de experiencia a ambos lados del monitor y talento del que se riega con la dedicación, nos regalen joyas como Maldita Castilla. El boquerón Juan Antonio Becerra (A.K.A. Locomalito) se marcó en 2012 un tributo a la saga del maestro Fujiwara lleno de saber hacer a la hora de combinar todo cuanto pone en partida. EX es la versión mejorada y aumentada del juego original. Un ejercicio ejemplar de edición y publicación de Abylight para dar el empaque y el escaparate que Maldita Castilla merece.

Maldita Castilla es, por encima de todo, una oda a Ghosts’n Goblins. Pero antes que nada, es un exponente sobradamente notable de un género inmortal de jugabilidad indestructible: un plataformas de acción con scroll lateral. También bebe, en menor pero cierta medida, de otros muchos títulos como Black Tiger, Pang, Shinobi, Rygar, Tiger Road, o el arcade de Willow… por el que tampoco he ocultado jamás mi devoción absoluta, incluyendo su despiadada segunda fase con Madmartigan en el carro, que Locomalito honra, con más sentido común y también como megáfono para declarar intenciones. Sin perder la perspectiva de que lo homenajeado fueron arcades, el juego sabe premiar a quien lo funde, sin continuar, a quien lo exprime y lo supera sin las ayudas del videojuego moderno, que tampoco le faltan.

Maldita Castilla

El protagonista de Maldita Castilla es Don Ramiro y su periplo se ambienta en España: tierra de caballeros. Las referencias no se quedan en los juegos: Amadís de Gaula, Don Quijote o Alfonso VI de León, derrotado en Sagrajas y Uclés, pero por siempre ligado al más ilustre caballero de nuestra historia: Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, algo más que una referencia para Don Ramiro. También incorpora guiños a nuestras banderas culturales, más universales que nadie: Cervantes y Velázquez. En lo visual, Locomalito contiene la tentación de emplear las capacidades de la tecnología actual para hacer un producto más llamativo.

El control es rústico y no alcanza los niveles de precisión de otros títulos independientes. Maldita Castilla exige, como antaño, con picos severos pero razonables, y no busca la excelencia técnica ni ofrecer más gráficos de los que necesita; sin muchos planos de scroll, sin gigantescos sprites, aunque Ramiro es más grande que Arturo y calca su movilidad en las secuelas del título original, como la capacidad de disparar en cuatro direcciones que introdujo Ghouls’n Ghosts, o el empleo circunstancial del doble salto de la secuela de Super Nintendo. Maldita Castilla apuesta por una sola armadura y la variedad de armas, sin magias, y un segundo ítem que funciona bien como objeto necesario o bien como power up. En la versión EX que publica Abylight, Maldita Castilla contiene un total de 8 niveles, 4 finales, 19 jefazos y 48 tipos de enemigos: criaturas de nuestros mitos astures, cántabros o griegos. Cada cofre de arma permite elegir entre todo el catálogo, y cada una cuenta con su ratio potencia-cadencia-rango-curvatura de tiro que la hacen única.

Maldita Castilla también quiere que explores, sin ínfulas de nada. Escudriñar sus secretos es imprescindible para superar el juego con distintos finales, que no obligan a una segunda vuelta como los juegos de Capcom, pero que invitan a rejugarlo llenándose de razones. El desarrollo, en momentos puntuales, rompe la rigidez del avance, vulnera la estructura previsible sucediendo jefes o haciéndonos volver sobre nuestros pasos. También alberga fases de bonus, poco determinantes. Las bondades de la modernidad se centran en incorporar elementos destinados a exprimir y afinar la experiencia y a que se sepa ubicar en su sitio lo que su creador hace. Locomalito sabe que un juego así no se entiende por completo sin una mentalidad arcade en quien lo juega. Un jugador que no tenga reparos en superarlo sin parar de continuar jamás apreciará Maldita Castilla en su totalidad. El desafío es alcanzar el control de todo cuanto te da. Te obliga a memorizar, como antaño, a aprender a calibrar, a perder el miedo al error y la vergüenza al ensayo. Porque en Maldita Castilla todo sabe como antes. Un canto al pixel… y al chiptune. Con Gryzor87 (A.K.A. Javier García) a la batuta para formar un tándem con Locomalito que ha sabido darle solidez corpórea a un proyecto lleno de intangibles.

Maldita Castilla, plenamente consciente de la suma importancia del apartado auditivo, suena a nostalgia bien entendida, con el saber estar marcando el compás. Un juego así te traslada a una época en la que las virguerías visuales eran limitadas. En unos hardwares que daban para lo que daban, el sonido fue, en su día, todavía más esencial que en estos tiempos que corren, donde abundan bandas sonoras igual de grandilocuentes que insulsas. Gryzor87 busca la épica de los péplum hiperbólicos del cine de mediados del siglo XX, con su sello particular, y danzando en una Mega Drive y un Yamaha YM2203 logra lo que pocos consiguen: hacer que el juego sea mejor. Aunque se contenga, hay ramalazos en Gryzor87 que reverberan a aquellos genios que tanto sacudieron sus oídos como Yuzo Koshiro o Tamayo Kawamoto. Sus composiciones para Maldita Castilla fueron premiadas en 2013 y el tema principal ha sido interpretado por la filarmónica de Málaga y la orquesta Game & Symphonies.

Y el juego español de demonios suena como los ángeles, pero aquí se viene a jugar. Y hay sistemas de jugabilidad poco complejos pero infalibles si se saben afinar. Mucho error y mucho ensayo. Pero que al superarlos regalan eso que hace al videojuego único. Maldita Castilla es un homenaje a ese tipo de juegos. Es uno de ellos. Un tributo rebosante de descaro legitimado por el culto sincero del creador por la obra de uno de los más grandes: Tokuro Fujiwara. Locomalito se desnuda en Maldita Castilla y construye junto a Gryzor87 un nuevo Ghosts’n Goblins, nada menos. Pero por dignidad y vergüenza no deja a Don Ramiro en calzoncillos, claro que no.

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Voyevodus

Caballero del videojuego, señor de la guerra y maestro del sigilo. Amante de las aventuras y destructor de hack and slash.

6 comments

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  1. Ruryk Z 18 enero, 2023 at 19:55 Responder

    ¡¡Pedazo «I love» te has marcado, Voye!! Como se nota esa pasión y nos la contagias 😀
    Maldita Castilla EX es de esos juegos pendientes desde hace mucho tiempo porque su estética me enamora y sus referencias a nuestra cultura deben ser sobresalientes. Pero nunca encuentro el momento…
    Además a Ghosts’n Goblins lo tengo especial cariño porque jugaba con mi primo de pequeño que lo tenia en MegaDrive, que sigo alucinando 30 años después de su dificultad jajaja.
    ¡Enhorabuena por el artículo, amigo!

  2. malevolus 19 enero, 2023 at 14:57 Responder

    Gran juego made in spain y chungo también de cojones. Con la tonteria hemos sumado unos cuantos juegos patrios bastante buenos.
    Gran reseña Voyevodus

  3. Voyevodus 20 enero, 2023 at 11:09 Responder

    Gracias señores. El juego es la bomba.
    Malevolus, si este es chungo, flipas con Super Hydorah, estamos con él… y estamos sudando sangre.
    Abrazos!

  4. Belmont 25 enero, 2023 at 20:37 Responder

    Tremendo videojuego que no se aprovecha de la pasión por el clásico de Capcom, sino que la refuerza con otra personalidad. Me encanta tanto el juego como la reseña.
    Super Hydorah lo tengo pendiente, pero soy muy torpe con los marcianitos, por mucho que me guste jugarlos.

  5. Cejel 15 febrero, 2023 at 09:37 Responder

    Voye, pedazo texto macho, con solo leerlo ya invita a echarle un vicio. Me ha encantado, de todas formas ya le tenia en mente cuando me hablasteis Rubio y tú de él.
    Me estoy viendo una game party ya con Maldita Castilla. Ya te digo que en mis manos caerá.
    Por Santiago y por Castilla.

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