Todavía perduran las buenas sensaciones que me produjo la primera entrega de Dead Space. ¡Qué juegazo!, fue la gran sorpresa del 2008, o como dicen aquellos que gustan de usar terminología profesional, por aquello de quedar mejor y tal, el sleeper de ese año. Uno de los últimos títulos en devolvernos un poco de esperanza dentro del género survival, un digno candidato para tomar el testigo de los Resident Evil más clásicos.
La segunda parte mantenía la fórmula de éxito de Dead Space, pero introdujo un poco más de acción y un modo multijugador que pasó sin pena y sin gloria. También fue un buen juego pero lógicamente no tuvo el impacto de la primera entrega.
Dead Space 3 llegará el 8 de febrero y a pesar de estas nuevas imágenes, que tienen muy buena pinta, y algunas novedades interesantes como la posibilidad de que el jugador pueda fabricarse armas, y una mayor sensación de libertad durante la aventura, es inevitable que la tercera entrega de Visceral Games me transmita un poco de desconfianza, seguramente motivada por algunas declaraciones y comentarios que han surgido a lo largo de su desarrollo y por parte de personas cercanas al juego. Comentarios como los de Antony Johnston, el escritor de Dead Space, que afirmaba que no le había gustado mucho lo que había visto de DS 3 y declaraciones como las de Laura Miele, jefa de marketing de EA, que afirmaba que el modo cooperativo de esta nueva entrega, había sido introducido porque según un estudio, muchos jugadores aseguraron pasar miedo durante las primeras entregas y debido a la tensión que esto generaba, estas personas deseaban jugar acompañados. A esta sensación de desconfianza no ayuda nada que ya sepamos de antemano que el juego cuenta con un sistema de cobertura y enemigos humanos con armas.
Por supuesto todo esto no significa que vaya a ser un mal juego, de hecho tengo bastantes esperanzas en que Visceral Games sepa conservar la fórmula de éxito de su obra, pero visto lo visto con Resident Evil, es normal que muchos de nosotros no podamos evitar preguntarnos lo mismo ¿se habrá mantenido fiel a sus principios? ¿o de lo contrario habrá sucumbido a la vulgar tónica del comercialismo que inculca esta industria?
