En el cine, una buena canción de fondo en el momento adecuado sirve para realzar el poder o el impacto de esa imagen o de ese instante. Una buena banda sonora puede hacer inolvidable a una película, un diálogo y a un personaje. Por supuesto esto de lo que hablamos es aplicable a los videojuegos, más aún cuando desde hace años la industria de nuestro querido arte mueve muchísimo más dinero que el cine y dentro de sus enormes presupuestos se tiene muy en cuenta un detalle tan importante como la música que acompañará a nuestro personaje durante toda su aventura, encargando esta tarea a auténticos profesionales de reconocida reputación.

En un momento en el que no es difícil que un buen juego de acción y aventura como Uncharted 3 puede superar a cualquier película de acción de estreno actual, en esta generación podemos encontrar piezas únicas e inolvidables. El otro día hablábamos de la calidad de la banda sonora de Max Payne 3 pero otra de las canciones que más impacto me ha causado durante esta generación también aparece en un juego de la misma compañía. El tema que cierra los créditos de Red Dead Redemption, poco después de la inolvidable escena que pone fin al genial videojuego de Rockstar. Deadman’s Gun, otra de esas canciones que no se olvidan, brindando un momento memorable de esta generación.