Jugar a Metro 2033 me está sirviendo para descubrir uno de esos First Person Shooter con personalidad gracias a una variada mezcla de acción subjetiva, capacidad de inmersión, narración, terror, incluso dosis de sigilo. La manera ideal de hacer tiempo mientras esperamos su secuela, Metro: Last Light. Su primera entrega es un videojuego con muy buenas ideas, ofrece detalles únicos y brinda al jugador situaciones realmente buenas, pero también se aprecian ciertas asperezas y carencias en su sistema de combate que su secuela deberá limar para ofrecer un videojuego más pulido. 4A Games siempre apuntó que les hubiera gustado tener más medios y tiempo en el desarrollo de Metro 2033, esos defectos tal vez fueran el fiel reflejo de las limitaciones que sufrió el estudio.
Metro: Last Light es uno de los lanzamientos más destacados de THQ para este nuevo año y una segunda parte que esperamos con muchas ganas. Si termina de pulir algunas de sus imperfecciones y potencia sus virtudes, que son muchas, podríamos tener entre manos un FPS digno de situarse entre lo mejorcito del género, un logro realmente admirable dentro de un género donde toda la munición parece estar ya disparada y donde reinan solamente unos pocos.
Por lo pronto, lo veo muy similar al Metro 2033, supongo que la historia seguirá con el mismo u otro protagonista, pero tiene pinta de que va a ser lo mismo.