lO Interactive
2000
Aventura, Acción, Sigilo

La muerte tiene ojos azules y viste de traje

Si hay algo que de verdad nos han enseñado los videojuegos es que para ganar la partida hay que disparar a los malos, colarse en su chiringuito y matar al jefe. Hitman nos demostró que todo esto puede hacerse de forma limpia y elegante, sin montar un escándalo, porque pocas cosas resultan tan gratificantes como tener un objetivo, idear un plan para alcanzarlo y después llevarlo a buen término de forma precisa y silenciosa.

Hitman: Codename 47 es algo más que un juego de acción en tercera persona, es una emocionante aventura basada en el sigilo donde la planificación y la ejecución de un asesinato perfecto son nuestro sello. La obra de IO Interactive nos adentra en el mundo de los asesinatos por encargo, nos invita a trazar un creativo plan y después, conociendo las reglas de cada escenario, manipular la I.A. del juego a tu antojo para cumplir con el «trabajo».

Afortunadamente no todo es planificación y seguir al pie de la letra un estudiado plan, siempre tenemos cierto margen de improvisación dentro de sus amplios y variados escenarios. Los detallados niveles permiten pasar desapercibido entre multitud de secundarios, personajes que forman parte de un «ecosistema» desconocido con sus propias normas. Muchos de estos personajes, por su condición o rango de importancia en el entorno del objetivo, pueden ser de gran ayuda a la hora de acercarnos un poco más a nuestro «encargo». Es aquí donde entra en escena otra de las características clave del juego: el uso del disfraz como valioso recurso para aproximarnos sigilosamente a la persona que tenemos que eliminar. Las diferentes apariencias que puede adoptar 47 son de lo más variopinto y muchas de ellas ejercen sobre las personas el efecto del rol que interpretamos. Suplantar otras identidades nos permite contemplar curiosas estampas y situaciones pero sobre todo acceder a zonas restringidas y encontrar armamento o equipo especial. Todo lo que hacemos en nuestro entorno puede desencadenar reacciones en los personajes, alterar sus rutas o comportamientos, incluso hacer que nuestro objetivo se mueva por el escenario.

Un momento habitual en la vida diaria de 47

El sigilo como importante aliado pero la exploración también es una valiosa compañera en Hitman. Recorrer los niveles analizando detalles del entorno y observar la forma de actuar de algunos personajes sirve para descubrir pistas y crear estrategias que nos benefician. Es cierto que abrirse paso a tiros es una opción pero desde luego no es la más sensata y por supuesto no es profesional. El Agente 47 tiene la posibilidad de cumplir su misión de muchas maneras y a menudo puede hacerse sin disparar una sola bala.

¿Hasta donde serás capaz de llegar para lograr tu objetivo si las cosas se complican? ¿cuántas vidas estarás dispuesto a liquidar para cumplir con tu trabajo?. Este juego llega a definir el asesino que todos llevamos dentro y parte del encanto también reside en que siempre sabes cómo vas a entrar y cómo vas vestido al inicio de un nivel pero nunca sabes a ciencia cierta cómo transcurrirá la misión y qué vestimenta llevarás cuando termines.

Antes de su llegada muchos de los héroes del videojuego eran personajes estereotipados, calcos de las figuras del cine de acción. El Agente 47, además de ser un protagonista original de pocas palabras, ofrece una potente y elegante imagen. Actualmente se ha convertido en una de las figuras más reconocibles dentro del panorama del videojuego moderno. Su primera entrega siempre será especial para mí por todos estos motivos pero también por su sistema de físicas e impactos, siendo uno de los primeros juegos en introducir el famoso efecto «muñeca de trapo» en los cuerpos sin vida de los enemigos. Posee infinidad de buenos detalles y unas estupendas melodías pero la perspectiva de un asesino profesional hecha videojuego puede resumirse de forma brillante con dos momentos: cuando estrangulas por primera vez con la cuerda de piano y cuando situado en una azotea abres tu maletín para montar pieza por pieza el rifle de francotirador que escondes en su interior.