Contratar a especialistas en una materia determinada o contar con la aprobación de ciertos profesionales a la hora de desarrollar un videojuego no es algo nuevo. Una práctica que, con el paso de los años, ha resultado cada vez más común en una industria que ha ido evolucionando con unos videojuegos más ambiciosos a la búsqueda de experiencias más realistas o fieles a la naturaleza del universo en el que se inspiran.
Todos los jugadores hemos ido siendo testigos de ello, un recurso que ha ido más allá de una simple portada con la imagen de un deportista profesional en un juego de deportes, o la voz y la cara de un actor conocido. Podemos encontrar desde la orquesta filarmónica de una ciudad interpretando la banda sonora de una aventura, hasta los consejos de auténticos miembros de las fuerzas especiales para ofrecer una experiencia militar realista, entre otros muchos ejemplos.
Ready at Dawn, creadores de The Order: 1886, cuentan con el asesoramiento de fabricantes reales de armas para los diseños de las herramientas de destrucción que el jugador utilizará durante este thriller sobrenatural ambientado en un Londres victoriano alternativo.
Landstalker Props, que es como se llaman estos profesionales, también se encargaron del armamento de Edward Kenway en Assassin’s Creed IV: Black Flag.