Si tuviera que escoger cinco videojuegos para llevarme a una colonia desierta en Marte, Super Mario World sin duda sería uno de los elegidos, una afirmación que siempre he tenido presente y que curiosamente se la he escuchado o leído a más de una persona.
No sólo es mi entrega favorita de la serie, seguida de cerca por Super Mario Land de Game Boy, considero que es el Mario clásico definitivo, el nivel exacto y preciso de una fórmula y un género. Todo un clásico atemporal capaz de hacerte disfrutar en este mismo momento como hizo el primer día, algo de lo que no pueden presumir la gran mayoría de videojuegos. Son muchos los motivos por los que tengo en gran estima a SMW, aunque primeramente debo reconocer que existe un móvil emocional dado que fue, junto a Street Fighter II, mi primer videojuego para Super Nintendo.
Más allá del sentimentalismo y de la melancolía que producen los grandes clásicos, existen otros motivos racionales que hacen de este juego uno de los mejores plataformas jamás creados, sino el mejor. Cuando pienso en el, raudo a mi mente viene el diseño de su mapa, uno de los primeros y emocionantes mundos virtuales que exploré. Dicho mapa, plasma un increíble y variado reino que evoluciona a tu paso, incluso guarda secretos y niveles ocultos que conducen a zonas todavía más mágicas si cabe. Este mundo interconectado nos permite orientarnos y sus niveles pueden ser jugados una y otra vez en busca de secretos o sencillamente por el gusto de repetir cualquiera de sus fantásticos niveles. Toda una novedad en la saga.
La variedad de escenarios no solo está en consonancia con la gran calidad de unas plataformas originales, variadas y exigentes. El amplio repertorio de enemigos, cada uno con sus peculiaridades y aspecto, contribuyen notablemente a crear la sensación de estar en un mundo vivo y rico donde cada zona, ya sea una cueva, un bosque o una montaña, tiene sus propias normas y una fauna particular. En este punto hay que destacar por ejemplo las casas encantadas, al adentrarse en ellas el ritmo de la acción y el sonido cambian, incluso la forma de jugar determinada por las normas que imponen los fantasmas y las pruebas de las mansiones hacen que el juego se vuelva más psicológico. Una prueba más de la variedad y la profundidad con la que este título enriquece la fórmula Mario.
Cada mundo que atravesamos cuenta con una fase final donde una desafiante fortaleza nos aguarda con uno de los Koopalings en su interior, los siete hijos de Bowser nos reservan unos enfrentamientos memorables antes de poder vernos las caras con su padre. Estos combates aumentan la tensión poniendo a prueba nuestra habilidad y precisión con el salto mientras disfrutamos con los efectos gráficos del famoso Modo 7.
Otro detalle que hace inolvidable a SMW es su apartado sonoro, capaz de generar efectos para crear ambiente según donde nos encontremos. La prueba la encontramos por ejemplo cuando nos adentramos en las profundidades de una cueva y aprecias como la banda sonora y los efectos adquieren eco. Hoy en día son aspectos normales y casi evidentes pero en aquel momento eran detalles que potenciaban la inmersión del jugador. Los bongos que se añaden a la banda sonora cuando estamos subidos sobre Yoshi es otro de los muchos «soniquetes» de la partida que se recuerdan con cierto cariño. Una banda sonora que no está ahí simplemente para amenizar u acompañar, forma parte del entorno y se adapta al momento casi como otro elemento vivo. La gran mayoría de sus melodías fueron creadas con un teclado electrónico.
Ahora que mencionamos a Yoshi hay que destacar que Miyamoto siempre quiso a este personaje como aliado para Mario, pero debido a las limitaciones técnicas no fue hasta la llegada de SNES cuando por fin pudo introducirse este simpático y voraz dinosaurio. Gracias a sus habilidades se convierte en una poderosa arma capaz también de generar emociones en el jugador; superioridad debido a su capacidad para tragarse a los enemigos y escupirlos en forma de proyectiles. Tensión, cuando después de ser golpeados intentamos recuperarlo a toda prisa persiguiéndolo por el escenario. Siempre es reconfortante, una vez hemos golpeado el bloque concreto, observar como sale de su huevo para ayudarnos.
Resulta interesante recordar el momento en el que llegó esta entrega. Cuando Mega Drive desató la guerra de consolas más emocionante de la historia, Nintendo necesitaba mostrar al mundo el poderío de Super Nintendo y títulos como este SMW y F-Zero fueron los encargados de presentar el potencial que podía alcanzar El Cerebro de la Bestia. Para ese crucial momento apareció una nueva visión del universo Mario preparada para el salto a los potentes 16 bits, dotada con un control exquisito, sprites más grandes y detallados, jefes finales, sorprendentes efectos visuales y sonoros, nuevos poderes, partida a dobles con Luigi y una poderosa montura llamada Yoshi con la que explorar un increíble reino plagado de secretos y cientos de personajes inolvidables.
No es casualidad que todo lo que vino después me pareciese paja, incluso el influyente Super Mario 64. Ninguna entrega posterior, a excepción de Mario Kart, ha llegado a conquistarme como en su momento hizo Super Mario World, matizando una vez más que no solamente son los recuerdos o el contexto en el que surgió. Ni utilizando poderosos entornos 3D se ha conseguido superar a este juego y no pasa absolutamente nada por reconocerlo. Sencillamente, resulta muy difícil mejorar un videojuego inmejorable.
Gran reseña.
Coincido bastante, para mí (y creo que para el mismísimo Miyamoto también), es el mejor Mario. Este y el 3 de NES. Nunca olvidaré la primera vez que lo vi (a los pocos días de salir al mercado).
Diría que junto a Zelda y Chrono Trigger, los mejores juegos de SNES.
Y diría que junto a Sonic 2 y Donkey Kong Country Returns, los mejores plataformas que se han hecho.
Abrazo!!!
Es increíble comprobar como este juego no ha perdido un ápice de diversión, sigue luciendo estupendo y consigue engancharte con la misma fuerza que el primer día.
Gracias Voye, me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Gran juego y como dices tu ,para irte a marte la super y el mario all stars que venian todos un pack de lujo
Un buen atracón de plataformas te espera en ese pack Curro, para muchos una joya.
A veces me siento tentado por tantos y tantos juegos actuales de precio reducido y dos dimensiones, indies que aclama la crítica o arrasan en las listas de ventas… pero no. El 95% de las veces hago lo mismo… me juego o rejuego algún clásico. Y nunca me arrepiento. Y es que hay juegos con más de 20 años que puede que hayan sido igualados, pero muy poquitas veces han sido superados. No creo que exista un juego de plataformas 3d que sea superior a los que he mencionado antes (Sonic 2 y SPW), salvo DKCR, que aunque de Wii, sigue siendo 2d. Ni Sm64, ni Crash, ni Rayman ni nadie.
Con el rol pasa un poco lo mismo. FFVI y Chrono Trigger me parecen incluso a día de hoy superiores a, por ejemplo, Skyrim.
El Zelda de SNES tampoco lo considero peor que Ocarina, a lo sumo, igual de bueno. De hecho, Ocarina bebe en demasía del juego de 16 bits, hasta el punto de calcarlo en muchos tramos.
Y con los beat´em up puros y duros ya ni te cuento… Streets of Rage 2, Cadillacs and Dinosaurs, Sengoku, Alien vs Predator, incluso The Punisher (sin tener el nivel de los anteriores)… creo que son todos superiores al único beat´em up bueno que ha salido en años, el Dragon´s Crown, sin contar, por supuesto, al glorioso e irrepetible God Hand, el que para mí es el auténtico e indiscutible pináculo del beat´em up.
PD- Si queréis subir la apuesta en la isla desierta, no lo dudéis, dejad el all stars en casa y echad en el petate el Lost Levels.
Abrazo.
Bastante de acuerdo con lo que comentas Voye. Actualmente, muchos tendemos a recordar y a valorar mucho más a los clásicos, además del impacto que en su día tuvieron, ahora relucen con más valor todavía.
Respecto a Lost Levels, también es una buena opción, aún así si tengo que quedarme con uno, me quedo con SMW.
Un saludo
Que buenos recuerdos de mi infancia. Fue el primer juego que tuve en mi Super Nintendo, y a mi por esa época, que todavía no estaba muy rodado en este mundillo, me costaba muchísimo terminarlos.
Recuerdo que me duró meses, eso si, me lo habré pasado entero con todos sus secretos unas 5 o 6 veces. Y hace no muchos años me lo volví a pasar emulado.
Toda una obra maestra del señor Miyamoto, para mi de los mejores plataformas 2D que se han hecho nunca, con respeto del señor Sonic.
Un saludo!!!