A todos los que nos gustan los videojuegos de disparos y el rollo bélico en general, encontramos un agradable placer buscando y ejecutando ese disparo único y certero. El papel de francotirador tiene su encanto en las partidas multijugador y en todas esas innumerables campañas jugadas en solitario el «sniper rifle» siempre resulta un gran aliado a la hora de despejar una zona a distancia. Con cierta visión de juego podemos hasta crear un poco de estrategia donde aparentemente no la hay, eliminando blancos clave antes de entrar en una determinada zona y liarnos a tiros.
El rifle de francotirador es una herramienta que se popularizó en los videojuegos gracias a títulos como MDK y Goldeneye. Hoy en día resulta muy corriente encontrar este arma en cualquier shooter de acción, de hecho existen títulos centrados únicamente en este tipo de rol.
Algunos videojuegos recrean esa experiencia y ese momento de precisión con mayor o menor acierto que otros y la clave está en las sensaciones que pueden llegar a transmitirse al recrear ese instante donde mantenemos la respiración para poder eliminar a un objetivo de un solo disparo. Dentro del terreno de la simulación videojueguil es complicado y gratificante realizar un disparo certero, pero en niveles más accesibles, posiblemente uno de los videojuegos actuales que mejor recrea ese disparo sea la serie Battlefield, concretamente Bad Company 2, donde podemos apreciar hasta la trayectoria de caída del proyectil. La misión «Todos Camuflados» de Call of Duty Modern Warfare también nos reserva un momento genial actuando como un tirador de élite. También podríamos recordar brevemente el momento en el que utilizábamos el diazepam durante el combate contra Sniper Wolf en Metal Gear Solid.
Sin embargo pienso que nadie ha conseguido acercanos tanto al papel de un francotirador como lo hizo la recreativa Silent Scope de Konami. ¡La de monedas que pude gastar jugando a esta máquina! En una época donde nos entrábamos en el ocaso de los salones recreativos, estos se despedían por todo lo alto con recreativas como esta.
El diseño del mueble nos invitaba a observar la acción desde la lejanía, la cual tenía lugar en la pantalla principal, para después sujetar una réplica del PSG-1 de HK y mirar con precisión y detalle a través de su mira para poder encajar nuestro disparo. Prescindía de detalles como la velocidad del viento, la trayectoria de la bala y otros tecnicismos pero había un tiempo límite, el efecto de la óptica estaba conseguido y de algún modo nos exigía tener algo de pulso de una manera más cercana a la realidad y sin utilizar un par de joysticks.
Los disparos certeros nos bonificaban con tiempo extra, pero para conseguirlo primero teníamos que localizar a todos los enemigos, una vez marcados, una retícula alrededor del blanco indicaba su estado, si pasaba de amarillo a rojo nuestra integridad corría peligro, ya que estábamos en su punto de mira.
Silent Scope debutó en las consolas de sobremesa con su aparición en Dreamcast y tiempo después en PlayStation 2 y la primera Xbox. Estas conversiones resultaban entretenidas pero todos aquellos que pasamos largos ratos jugando a la recreativa por supuesto coincidíamos en que no era lo mismo manejar la acción con un joystick, con el inconveniente añadido de que al no tener que introducir monedas, el juego se hacía muy corto.
Pero lo mejor de todo eran los enfrentamientos con los jefes finales, aquí era donde realmente salía a relucir la grandeza de Silent Scope y su precisión. Había que acertar a los objetivos en movimiento, agujerearles el melón dentro de una situaciones tan inverosímiles como alcanzar a un tio en pleno vuelo a bordo de su Harrier, o disparar a otro que corría por mitad de un campo de fútbol americano mientras era perseguido por el equipo local, asi hasta llegar al final del juego, donde el jugador debía alcanzar al jefe final, el cual estaba situado en medio del mar, a bordo de una lancha con explosivos y el presidente como rehén. El tiempo corriendo en nuestra contra y el balanceo del bote a causa de las olas del mar nos regalaron uno de los disparos más bonitos de la historia del videojuego.
Imágenes: The International Arcade Museum
Que vicios me he pegado a esa recreativa 😛
Yo tambien la recuerdo!! Que tiempos mas buenos !