Todo comenzó durante las pasadas navidades. La llegada de Super Castlevania IV a la eShop de Wii U hizo que por fin saldara una de esas deudas pendientes que arrastraba durante años con el típico videojuego que siempre quise jugar pero que por causas del destino nunca llegué a probar. Hasta hace unos meses, previa descarga digital y a través del Gamepad de la consola de Nintendo, todo un lujo que desde luego recomiendo.

Saldar esa deuda no solamente reconfortó mi espíritu de jugador inquieto y todoterreno, el fantasma de SCIV dejó de atormentarme por las noches. Pero lo que no podía sospechar es que el reencuentro con este clásico de Super Nintendo iba a desatar una nueva patología en mí interior, o quizá llamémosle mejor, necesidad, una incontrolable e insaciable necesidad de querer ponerme al día con esta veterana saga del videojuego. Pertenezco a ese grupo de jugadores que ignoró completamente el poco agraciado salto de la serie a las 3D.

La trilogía Lords of Shadow ha sido un muy digno renacer del nombre Castlevania, he disfrutado mucho con las dos entregas principales, más con la primera que con la segunda, todo hay que decirlo, pero en general han logrado lo que pocos videojuegos consiguen hoy en día, dejarme cierta huella y un buen sabor de boca que seguramente mantendré durante un tiempo. Pero si hay algo de la obra de MercurySteam que de verdad voy a recordar con creces, eso es el gran trabajo musical del compositor Oscar Araujo, impecable labor con la que nos ha deleitado a lo largo de las tres aventuras. En su día, uno de los aspectos más valorados de SCIV, el único culpable que me ha precipitado a jugar y a ponerme al día con los Belmont, también resultó ser su apartado sonoro. Me gustan este tipo de coincidencias, guiños o señales, definelo como más te guste.

El colofón a todas estas gratas sensaciones y buenos momentos ha sido completar la experiencia con la entrega más “pequeña” de esta trilogía, Mirror of Fate, en su versión HD y en la plataforma Xbox 360. Este título, originalmente lanzado en Nintendo 3DS, actúa como nexo de unión entre las dos entregas mayores, situando al jugador 25 años antes de lo acontecido en Castlevania: Lords of Shadow y revelando la historia de los ancestros de Gabriel. Castlevania no es saga de un solo protagonista, el argumento nos cuenta la historia de una familia, la cual es sacudida por el cruel destino y la sed venganza. Larga vida al clan Belmont. Poder controlar en un mismo videojuego, según va desarrollándose la aventura, a Gabriel, Simon, Alucard y Trevor, cada uno con su propia jugabilidad, es algo que podría tildarse como épico, cruzando, durante la partida, la historia de cada uno de ellos, sobre todo las de estos tres últimos, ya que el primero es un breve encuentro/tutorial que da inicio a la aventura.

No hay que cometer el error de ignorar o restar importancia al hermano pequeñosi queremos experimentar al completo la experiencia Lords of Shadow, un videojuego que al igual que sus dos mayores, rebosa calidad, sangre y venganza por los cuatro costados. Ahora, habiendo asimilado las tres obras que completan la trinidad desarrollada por Mercury, me atrevo a generar un rápido ranking personal en el que sitúo en primer lugar a Castlevania:Lords of Shadow, un merecimiento considerado, desde mi parecer, en parte, más adelante explicaré este matiz. El segundo lugar sería para Mirror of Fate y el tercero quedaría reservado para Lords of Shadow 2, algo que no debe ser interpretado como un desprecio hacia este último, pero si es cierto que es la entrega que más se ha separado de la senda marcada por este reinicio y por supuesto, por la serie.

Mirror of Fate no solo completa y enriquece a su manera esta saga, convirtiéndose en una pieza fundamental que sirve para comprender en su totalidad el argumento de la trilogía. Las bondades de la primera aventura de Gabriel y su sistema de combate han conseguido trasladarse con éxito a sus escenarios 2-2.5D. Una perspectiva que, a pesar de los años y por mucho que digan o hagan, sigue siendo la que mejor sienta a la franquicia. Los más puristas seguramente coincidirán en algo, y es que el Espejo del Destino es bueno, entretiene, pero se mantiene por debajo de Simphony of the Night y Rondo of Blood. Parece que superar a estos dos nombres va a resultar una tarea difícil, pues están arraigados fuertemente en el corazón de los jugadores, y con razón.

No nos engañemos, desde el punto de vista de un Castlevaniaco, la jugabilidad bidimensional siempre resultará un punto a favor cuando se habla de esta serie, como el castillo, el látigo o los candelabros (se echa de menos a estos últimos, por cierto). La envejecida y añeja perspectiva 2D juega sabiamente con otras modernidades más actuales, personajes con volumen y bellos escenarios que ofrecen cierta profundidad, incluso coquetean en algunos momentos con las 3D. Las cinemáticas generadas con tecnlogía Cel shading, injustamente criticadas por algunos, sirven para hilar los sucesos que acontecen durante la aventura y de paso, dan pie a la fantasía, imaginanado la llegada o el anuncio, algún día, de un Castlevania generado con dicha tecnología.

No es únicamente el hecho de que se parezca más a Castlevania: Lords of Shadow, lo que le convierte en mejor juego. Analizándolo fríamente, Mirror of Fate podría ser el Castlevania más Castlevania de la trilogía, por su fidelidad a entregas más clásicas, materializándose este hecho en el uso de esa perspectiva 2D, su ambiente, los tipos de enemigo y otros elementos característicos. La exploración y el uso del mapa son dos componentes habituales a lo largo de la aventura, con más relevancia que en cualquiera de las dos entregas mayores. Si nos centramos en los puzzles, no excesivamente complicados pero presentes, en este aspecto Mirror of Fate deja en completo ridiculo a LoS 2. Este es el pequeño matiz del que hablaba un poco más arriba, un cumulo de características que unidas y experimentándolas mientras juegas, despiertan una serie de viejas sensaciones que te hacen pensar: «sí, esto es Castlevania»

Peros que puedan achacarse a este videojuego que hace las veces de prólogo para Lords of Shadow 2. En algunos medios se ha criticado la duración del juego, sinceramente, a mi no me ha parecido un juego corto, de hecho en este aspecto cumple si además nos proponemos completarlo al 100% para descubrir sus secretos. La personalización, el desbloqueo de nuevos golpes y la subida de nivel es algo que se gestiona de manera automática, cierto es que, en este aspecto se ha perdido la oportunidad de añadir algo más de profundidad. Las animaciones de remate sobre los enemigos también podrían habese trabajado un poco más, algunos golpes parecen «capones» y el efecto de ralentizado cuando bloqueamos un ataque también raspa un poco.

Poco más que comentar salvo un último consejo. Si disfrutaste mucho con Lords of Shadow y Lords of Shadow 2 consiguió dejarte un sabor agridulce, y aún no has jugado a Mirror of Fate, deja de perder el tiempo con dudas infundadas y corre a descargar la entrega originalmente creada para 3DS remasterizada en alta definición para Xbox 360, PS3 y PC. Servirá para devolverte la sonrisa y recuperar, de forma un poco más comprimida y resumida, aquello que echaste en falta mientras jugabas con Drácula.

Para terminar y habiendo acabado por fín la trilogía Lords of Shadow al completo, concluyo esta breve reflexión mostrando el premio que he decidido auto-regalarme, como pequeño homenaje personal y para recordar mi reencuentro con la saga Castlevania. Nada de trofeos, ni logros, ni leches digitales para subir la reputación entre las comunidades virtuales de jugadores. Recientemente, decidí aumentar mi pequeña colección de joyas retro y me hice con el Super Castlevania IV original de Super Nintendo, el responsable directo de todas estas nuevas horas de vicio vampiresco. Ahora, ya puedes descansar en paz.

=Puntos fuertes=

• Estilo clásico
• Capta la esencia de Castlevania:Lords of Shadow
• Controlar varios personajes con su propia jugabilidad

=Se podría haber mejorado=

• Subir un nuevo nivel, desbloquear nuevos combos, tareas automáticas donde el jugador no interviene