Actualmente, la mayoría de los grandes juegos ofrecen un modo de juego en línea, ya no solo es cosa de los clásicos MMORPG, todo juego que pretenda ser un éxito necesita un buen modo online.
La mayor parte de los servicios online no tienen un único servidor, se dividen en multitud de servidores que se agrupan en regiones. Es bastante típico que los servidores se dividan en algo así como Norteamérica, Latinoamérica, Europa, Asia y África. Lo habitual es jugar en el servidor más cercano a nuestra ubicación (por latencia, por idioma, por horario…). Pero, a veces es posible que queramos jugar en servidores de una región distinta a la nuestra.
Esto puede pasar porque hay juegos limitados a una región, por ejemplo, juegos que solo se distribuyen en Japón o en Corea del sur o distribuidos por una tercera compañía en nuestra región o que dejaron de operar en nuestra región.
Si estamos de viaje podemos tener bloqueado el servicio en movilidad, muchas plataformas bloquean algunos servicios a aquellos usuarios que se conectan desde una ubicación distinta a la registrada, por ejemplo, Humble Bundle o Steam.
Si quieres jugar a juegos que no se hayan estrenado en tu país no podrás hacerlo, especialmente fases Alpha y fases Beta que se lanzan en una región determinada meses antes de su lanzamiento.
A veces queremos acceder a servidores de juego de otras regiones porque son nuevos y todos los jugadores son de nivel bajo, o porque tienen más población o porque jugamos a horas poco habituales en las que en nuestra región los servidores están vacíos.
También es posible que algún bloque de direcciones de nuestro operador esté bloqueado por lo servidores del juego, esto puede pasar si alguna dirección de ese bloque forma parte de una botnet que haya hecho algún ataque de denegación de servicio contra los servidores del juego o contra su proveedor.
Sea cual sea la razón por la que queremos conectarnos a otra región, los servidores de juego identifican nuestra procedencia por nuestra dirección IP, por lo que para poder “engañar” a los servidores y poder conectarnos a ellos tendremos que hacer que parezca que nos conectamos desde otra IP. Para hacer esto tenemos dos opciones, o usar un proxy o usar un servicio de VPN. Los servicios gratuitos, como proxies gratuitos o VPN gratuitas, suelen aportar poca estabilidad, y en muchos casos no son seguros. Si queremos jugar tranquilos con una conexión estable tendremos que buscar una VPN estable y de confianza.
Hay muchas cosas en las que nos tenemos que fijar a la hora de elegir un servidor de VPN que nos sirva para jugar online, pero seguramente las más importantes son:
- La compatibilidad con nuestro equipo o consola, obviamente no podremos usar una VPN si no hay cliente para nuestro dispositivo o para nuestro rúter doméstico.
- La cantidad de servidores y de regiones en la que están dichos servidores, el objetivo de usar una VPN es cambiar de región, de poco nos servirá si no hay servidores en la región en la que queremos jugar.
- El rendimiento, muchas VPN reducen demasiado la velocidad, aumentan el ping o generan inestabilidad que se traduce en lag.
- La disponibilidad de servidores optimizados para juegos.
- La posibilidad de utilizar la VPN en más dispositivos, ya que hacemos la inversión para poder jugar, no está nada mal que podamos usarla en otros dispositivos para mejorar nuestra seguridad.
Conclusión
Aunque teóricamente siempre va a ser mejor estar más cerca de la ubicación física del servidor al que pretendemos conectarnos, hemos visto que hay multitud de casos en los que puede ser deseable conectarnos a través de una ubicación de terceros, preferiblemente a través de una VPN. El uso de una VPN nos va a dar una serie de funcionalidades extra además de cambiar nuestra ubicación geográfica, también hemos visto qué características tiene que tener una VPN para que resuelva todos nuestros problemas.