Otra peli de ciencia ficción que ha caído durante estas navidades. Passengers nos sitúa en un futuro no demasiado lejano donde la humanidad explora el espacio en búsqueda de nuevos planetas para colonizar. Como en otras muchas obras del género y como bien explica la propia ciencia, estos viajes suponen largos recorridos por el espacio con una duración de más de 100 años.

Desde la Tierra, una enorme nave espacial con 5.ooo pasajeros a bordo parte rumbo hacia una lejana colonia en estado de hibernación, pero un fallo provocado por el impacto de un meteorito desencadena una avería en una de las cápsulas de sueño inducido. Uno de los pasajeros, un mecánico de la nave, despierta 90 años antes del final del viaje. La idea de envejecer y morir solo durante el trayecto hacia la colonia provoca pavor en el protagonista, hasta que un buen día descubre a una mujer, una escritora de Nueva York que como él tiene el objetivo de viajar por el espacio para descubrir un mundo nuevo.

El relato espacial de Morten Tyldum presenta inicialmente un conjunto de atractivos para el espectador, el porvenir de la raza humana como base de la historia y el dilema moral al que se enfrenta el protagonista durante el viaje. Después, termina transformándose en una comedia romántica bastante habitual con algunas secuencias asfixiantes realmente acertadas para los amantes de la ciencia-ficción, incluso algún guiño a clásicos de este género.

Passengers queda por debajo de otros filmes como Interstellar o Marte, una lástima porque inicialmente presenta una historia con potencial que podría haberse explotado mucho más, sin embargo el peligro de abordar distintos temas a menudo provoca que finalmente no despuntes demasiado en ninguno de ellos. Entretenida sin más con un final que podría haberse resuelto mucho mejor.