Ridley Scott nos ha brindado películas inolvidables. Alien: El Octavo Pasajero, Blade Runner, Thelma y Louise y Gladiator son algunas de ellas.
A priori, Napoleón no podría ser más prometedora con Joaquin Phoenix interpretando al famoso militar. Después de su brillante papel en Joker (2019) contemplar al actor estadounidense con el uniforme de Napoleón sugiere un peliculón a la altura de la cinta que narraba la oscura historia de Arthur Fleck.
No es la primera vez que ocurre y no será la última. La omisión de sucesos importantes, detalles históricos que chirrían, inexactitudes y la propia inventiva infringen el rigor que muchos esperamos dentro de una película histórica. David Scarpa, guionista de la película, patina una y otra vez durante la cinta y el trabajo del asesor histórico contratado por el bueno de Ridley queda bastante en entredicho.
No obstante, aquellos que no le den tanta importancia a estos detalles posiblemente pasarán una tarde entretenida. La representación de las batallas históricas convence y estas resultan espectaculares. Igualmente, el ojo crítico e histórico comprobará como dichas contiendas han sido adulteradas y reinventadas.
Ciertamente, el aspecto más destacable es la relación del propio Napoleón con su esposa Josefina. El complicado matrimonio finalmente resulta la batalla más interesante. En este punto es donde brillan las interpretaciones de Phoenix y Vanessa Kirby, en el papel de Josefina. Napoleón es un gran estratega en el campo de batalla pero en su palacio, con su mujer, se muestra inseguro y le pierde el deseo físico. En estos momentos salen a la luz las diferentes caras del personaje, a veces contradictorio, otras brutal, incluso tierno en algunos momentos. Su peculiar romance consigue desviar el drama histórico hacia la comedia en varias ocasiones.
Napoleón tiene algo de la huella que caracteriza al cine de Ridley Scott y a sus 86 años tiene mérito alumbrar una película como esta. Sin embargo, dejando a un lado la interpretación de los personajes centrales, en términos generales no ha terminado de convencernos. Una muestra más de que a veces una buena actuación no es suficiente para mantener el peso de una película que aborda un género un poco más exigente que otros.