Escenarios, personajes, diálogos, argumento y nivel actoral. Todos estos elementos sumados, hicieron de Mortal Kombat de Paul W.S. Anderson en 1995 un film que dividió al público en opinión. Donde no hubo dudas fue en su recaudación: con un presupuesto de 18 millones de dólares por parte de la productora New Line Cinema, consiguieron ni más ni menos que 124,7 millones de dólares en todo el mundo.
Aquella película fue un auténtico éxito de taquilla que inició una montaña rusa de éxitos y fracasos en años venideros, tanto en la gran pantalla como a nivel televisivo en cuanto a las distintas adaptaciones del videojuego. Secuelas, cómics y series ampliaron el universo que conocemos con cada entrega de videojuegos. A día de hoy contamos con 26 títulos, repletos de personajes, historias y tramas de todo tipo. Un sin fin de posibilidades que pueden exprimirse y moldearse para dar vida a un nuevo reinicio de la saga sin necesidad de flirtear con esa innovación a la que nos han acostumbrado los remakes desde hace ya casi una década.
En Mortal Kombat, Cole Young, un luchador de MMA, acostumbrado a recibir palizas por dinero, desconoce su ascendencia. Tampoco sabe el motivo por el cuál el emperador Shang Tsung de Outworld, ha enviado a su mejor guerrero (Sub-Zero) para darle caza. Cole teme por su familia y busca a Sonya Blade (Jessica Mcnamee) siguiendo las instrucciones de Jax (Mehcad Brooks), comandante de las Fuerzas Especiales que tiene la misma marca de dragón con la que nació Cole. En poco tiempo llega al templo de Lord Raiden (Tadanobu), un dios anciano protector de Earthrealm.
La fórmula de «si algo es bueno vamos a cambiar para mejorarlo» se enfrenta a una dura realidad en esta ocasión. Mortal Kombat (2021) no presenta innovación, no supone un aire fresco y tampoco respeta el legado. De hecho, la película de serie B de 1995 supera con creces esta nueva versión.
El director es totalmente desconocido, solo ha trabajado en la dirección de publicidad, Simon McQuoid, mientras que la producción está encabezada por James Wan, conocido por dar vida al universo de Conjuring, Insidious o Aquaman y Fast and Furious. Gracias a los tráilers con un tono sangriento, coreografías protagonizadas por los eternos rivales Sub-Zero y Scorpion y el peso de producción, alimentaron la esperanza de una adaptación a la altura de los videojuegos. Nada más lejos de la realidad.
Los elementos que comento al principio del texto hicieron un éxito a la primera entrega de 1995. Sin embargo, para esta versión suponen la fórmula de su fracaso. Los escenarios son pobres y carentes de toda personalidad. No transmiten ninguna sensación al espectador. Este aspecto es prioritario en el videojuego, son trabajados con estoica dedicación para que el espectador/jugador se sumerja en el ambiente donde se desarrolla la pelea. Representan el carácter del luchador al que te enfrentas.
Mortal Kombat de 1995 cumplía con mayor o menor rigor esta clave fundamental que necesita cualquier ambientación cinematográfica. Por otro lado, los actores carecen de toda credibilidad en cada minuto del film por culpa del mediocre guión. Es imposible empatizar con un personaje si no muestras su verdadero carácter, si no le das una evolución palpable con la que sentirte identificado. Por suerte contamos con un actor veterano, Hiroyuki, el cual otorga a los 20 primeros minutos del film un mínimo de interés para luego evaporarse rápidamente hasta el último segundo. No me gusta hacer leña del árbol caído pero los diálogos son tan estresantes por su carente y absurdo valor, que incluso el alivio cómico representado a través de Kano (Josh Lawson) resulta cargante y excesivo. Es básicamente un Deadpool con sobredosis de improperios hacia los demás sin ningún control. Minutos y minutos de insultos de alto nivel restando al desarrollo de la película. Ya puestos, incluso me atrevo y hago un brevísimo resumen del resto de personajes. No se salva ni uno.
Mileena: carente de desarrollo o personalidad. Sabemos que es mala porque cuando apuñala lame la sangre del Sai.
Liu Kang: infancia traumática y de afeminado resultado explicado en 30 segundos.
Kung Lao: duro luchador por su incapacidad para gesticular.
Raiden: totalmente desaprovechado, sin ninguna empatía hasta que ve la papeleta solucionada.
Jax: inexistente hasta que… no existió en ningún momento.
Nitara: solo vino a morir, de hecho no le dieron ni la oportunidad de golpear una sola vez.
Shang Tsung: ¿Realmente el malo de la película? Sin personalidad o carácter que lo distinga como tal.
Kano: inútil y charlatán. Como en la versión de 1995.
Sub-Zero: no se dan a conocer sus aspiraciones pero es un villano totalmente creíble y desde luego temible.
Scorpion: Quizá el personaje mejor adaptado de toda la película.
Cole Young: un protagonista inventado utilizado para dar conexión a la trama. Si eliminas este personaje del argumento la película esta seguiría en pie como si nada
Si tuviera que salvar algo de la quema, serían algunas coreografías, y no todas, porque no terminan su despegue ni consiguen una culminación de epicidad. Los Fatalitys están bien y ofrecen esa referencia al videojuego pero la capacidad de los personajes para derrotar a sus enemigos se basa en «digi-evolucionar», conseguir un poder, como si de un matamoscas gigante se tratara, y aplastar al insecto. Aquí Sub-Zero y Scorpion llevan la voz cantante en el asunto. A pesar de ser entretenidos, los enfrentamientos quedan lejos de las espectaculares cinemáticas de los juegos. Las referencias a esta veterana serie no son pocas, como por ejemplo la clásica expresión de Scorpion «Get over here» que tantas veces se ha repetido en nuestra cabeza. En esta película se traduce tristemente al español como «Ven aquí » No es triste por ser traducido fielmente, sino por el simple pecado de traducirlo.
La película no funciona, aunque la mires con ojos fanáticos y los recuerdos que puedan inspirarte los juegos y la propia película de 1995. Es mala, la vea quien la vea. Si te ha gustado es porque observar una bolsa del supermercado siendo elevada desde el suelo por el aire puede parecerte un espectáculo la mar de entretenido.
Supongo que debo tener un problema pq soy de esos q se quedan embobados viendo las trayectorias de una bolsa mecida por los vientos en cualquier parking XDDD
No la he visto pero me ha hecho gracia la crítica. La peli de 1995 tampoco era una maravilla que digamos pero se la tiene cariño.
Saludos