Chappie es el tercer largometraje de Neil Blomkamp, una película de acción que nos traslada a Johannesburgo, a un futuro no demasiado lejano donde una novedosa y eficiente fuerza policial robotizada es la encargada de combatir y reducir drásticamente los índices de criminalidad de la ciudad.

La historia se centra en uno de estos robots policía, el cual es robado y reprogramado por su propio creador para poder instalarle en secreto una nueva y avanzadísima I.A. que dotará al androide con la capacidad de pensar, aprender, sentir y ser consciente de si mismo. Esta idea es algo que no agradará en exceso a otras personas, gente que contempla a este nuevo modelo de robot como una gran amenaza para la sociedad y el orden establecido. Chappie se enfrentará a un gran desafío, plantar cara a toda clase de fuerzas poderosas y destructivas que pretenden acabar con su vida.

Dicen que la película es un homenaje a Robocop, que incluso recuerda en algunos momentos a Cortocircuito. También muchos coinciden en que, de los tres trabajos de Blomkamp, Chappie supone un paso atrás en la corta carrera de su director. Los grandes entendidos en cine la han criticado bastante, nosotros que no vamos de expertos, no pretendemos hacer de abogados del diablo pero personalmente nos gusta el estilo de Neil Blomkamp. Es cierto que no es perfecta, que su historia no es nada que no hayamos visto antes, pero tiene una estética brutal, unos buenos efectos especiales y una electrizante banda sonora firmada por Hans Zimmer que nos ha chiflado. Y por supuesto Chappie, un personaje que nos ha conquistado como en su momento hicieron otros grandes robots del cine con sus historias, de ahí esas posibles reminiscencias con otras pelis de máquinas que resultan ser más que acero y cable.

Después de Distrito 9 y de Elysium, Chappie es otra gran propuesta futurista de su director, ciencia ficción en su justa medida y de calidad, de la que perfectamente podría ser posible dentro de unos años. Para muchos, puede que las películas de Blomkamp simplemente sean acción, violencia y efectos especiales pero a nosotros personalmente nos encanta su manera de hacer cine, el ingenioso diseño visual que plasma en pantalla, la estética, sus llamativos personajes y los protagonistas atípicos. Esa forma que tiene de acabar sus historias, al principio predecible y luego sorprendente. La habilidad para pasar de una escena sentimental a otra repleta de acción y violencia de un plumazo. Un director que, además, no puede ocultar su pasión por los videojuegos. Ansiosos aguardamos esa nueva entrega de Alien dirigida por él.