Análisis Call of Duty Vanguard
La Segunda Guerra Mundial, un escenario al que siempre terminas regresando antes o después. Call of Duty suele ser la saga por antonomasia encargada de teletransportarnos al conflicto militar más famoso de la Historia. Call of Duty Vanguard es la última llamada a filas de Activision y Sledgehammer Games. Volvemos a calzarnos las botas y engrasamos nuestro viejo fusil para comprobar si realmente merece la pena.
La campaña de esta entrega ha sido uno de los aspectos que más ha sorprendido a muchos. La historia reúne a un grupo de soldados con un pasado diferente destinados a combatir la amenaza nazi. A través de flashbacks conocemos la historia de cada uno de ellos. Las cinemáticas y el guion apuestan por un estilo cinematográfico, entremezclando la historia de los personajes con eventos famosos del conflicto, como la batalla de Midway o la defensa de Stalingrado.
De este modo, asistimos a un gran despliegue gráfico, frenéticos tiroteos y momentos propios de una película de acción bélica mala. Así mismo, obtienen más protagonismo la personalidad arrogante de los protagonistas y el interés por destacar personajes inclusivos (basados eso sí, en héroes reales) antes que el propio rigor histórico del conflicto. Esta decisión no es del todo desacertada. La manera de abordar la historia de un videojuego puede ser amplia, al igual que los gustos personales. Sin embargo, en algunos momentos sobre el guion, concretamente en ciertos diálogos y personajes, se siente forzada.
Call of Duty Vanguard
En términos jugables, Call of Duty Vanguard no destaca demasiado. Los momentos de acción están compuestos por sencillos tiroteos donde la IA casi nunca consigue ponernos a prueba. El comportamiento de los soldados enemigos resulta muy básico, no actúan de forma combinada ni intentan flanquearnos. En las situaciones de sigilo apenas ofrecen un mínimo reto, casi siempre están de espaldas para facilitarnos la tarea. Por otro lado, en algunos momentos introducen las habituales secuencias predefinidas donde debemos cumplir una tarea concreta sin demasiadas complicaciones. Incluso, una espectacular fase área, está excesivamente guiada. Hasta el punto de apenas tener que buscar y apuntar a los rivales, sencillamente se ponen a tiro.
Así mismo, introduce algunas mecánicas nuevas pero superficiales. Los personajes cuentan con distintos tipos de habilidades dentro del campo de batalla, por ejemplo dar órdenes contextuales a otros soldados, trepar muros o detectar enemigos. También podemos registrar los cuerpos para recoger munición. Sin embargo, estas opciones no consiguen relevancia destacable como para convertir a Vanguard en un referente dentro de la saga.
Por otro lado, las armas muestran un acabado muy correcto pero siguen sin transmitir sensaciones. En este sentido apenas plasman diferencias dentro de las distintas categorías (pistolas, fusiles, subfusiles o ametralladoras pesadas). Ciertamente, este detalle ha sido una constante en Call of Duty. El sonido de las mismas no resulta convincente y la cadencia tampoco está bien representada en la mayoría de los modelos.
Una campaña olvidable
La campaña puede superarse en apenas siete horas. La trama resulta bastante floja, repleta de tópicos y la historia de cada protagonista no termina de enganchar. Posiblemente, influye el hecho de estar saltando de un personaje a otro sin profundizar demasiado en ninguno de ellos. Al final, el aspecto más curioso es la aparición de Dominic Monaghan, (Merry, en el El Señor de los Anillos) como el oficial alemán de las SS Jannick Richter.
No obstante, destaca el diseño de escenarios y la variedad de entornos. Los distintos frentes de batalla de la Segunda Guerra Mundial resultan la excusa idónea para mostrar un gran despliegue gráfico con algunas imágenes realmente bellas. Al mismo tiempo, la banda sonora posiblemente sea una de las mejores que he podido escuchar en la saga.
Sin duda, aquel modo historia de las primeras entregas donde aparecían imágenes y vídeos reales antes de cada misión ha quedado atrás. Posiblemente no resultaba tan llamativo pero lograban sumergirte mucho más en los hechos reales de todas aquellas batallas. Asistíamos a pequeñas clases de historia y conocimiento bélico real en lugar de cinemáticas con actores de Hollywood. World At War, de 2008, posiblemente sea una de las mejores entregas en aquel aspecto. También fue la que introdujo por primera vez a los zombis nazis.
Multijugador y zombis nazis
Este apartado es donde las expectativas quedarán colmadas para los seguidores de la característica más popular de Call of Duty. El multijugador viene cargado de opciones y contenido desde su lanzamiento. En consecuencia, encontramos 20 mapas y nuevos modos como Rey de la Colina y Patrulla. En líneas generales, sigue la línea marcada por entregas como World at War y Modern Warfare.
La jugabilidad cuenta con aspectos novedosos, como la posibilidad de destruir ciertos elementos del escenario, sin llegar a la escala de los Battlefield. Por otro lado, la personalización incluye ventajas y armas que podemos modificar con diversas opciones únicamente con fines estéticos.
El modo zombi también introduce algunas novedades. En lugar de apostar nuevamente por un mapa que vamos abriendo poco a poco, se han introducido portales para teletransportarnos a otras zonas. En cada uno de los portales debemos cumplir un objetivo específico. Esta modalidad tiene un ambiente más esotérico y en esta ocasión los zombis cuentan con barra de vida y sistema de puntuación. Esta última característica resta tensión a la hora de enfrentarnos a los no muertos.
Call of Duty Vanguard está lejos de considerarse uno de los mejores juegos basados en la Segunda Guerra Mundial. De igual modo, tampoco consigue destacar como shooter en primera persona. El aspecto más alarmante posiblemente sea su IA, con patrones de comportamiento demasiados básicos.
La variedad de situaciones y la espectacularidad gráfica actúan como reclamo visual, en contraste con las escenas encriptadas, una narrativa poco interesante y una campaña escasa en duración. Actualmente, aspectos como la narrativa resultan sobrevalorados y terminan descuidándose otros apartados. En resumidas cuentas, la completa modalidad multijugador, que hará las delicias de los seguidores más fanáticos de la saga, termina alzándose como la mejor excusa para dar una oportunidad a Vanguard.
Otro COD para la colección. Suma y sigue.
Qué buen análisis y qué puta mierda de COD no?
Es una pena lo que han hecho con esta saga, por mucha pasta que suelte. Joder, con los pepinazos que hubo. Manda huevos que, mirándolo fríamente, casi se podría afirmar que el puto multiplayer se cargó Call of Duty.
¡Voye en su primera frase no podría haber estado mas acertado!
CoD dejó de ser un referente hace mucho tiempo, a sagas de este tipo ser anuales no les sienta nada bien en mi opinión. Da la impresión de que el modo campaña lo hacen obligados para venderte el juego y su multijugador. Porque en lugar de alargar la vida del anterior quieren que volvamos a pasar por caja. A ver si Microsoft pone un poco de orden ahora.
¡¡Peazo análisis como siempre, Rubio!!
Yo amo los juegos de CoD pero este título y sus predecesores ya no alcanzan el mismo nivel de calidad que en sus origenes, prefiero probar tipo fall guys para variar que intentar tomarle cariño a éste.