Existen muchos motivos para pensar que posiblemente estemos ante, no solamente uno de los videojuegos más destacados de este 2013, sino ante uno de los mejores títulos que con seguridad nos brindará esta inolvidable generación.
Se acerca una nueva avalancha de títulos compuesta por algunos de los nombres que más tiempo llevan acompañándonos cada día en la actualidad del videojuego. Protagonistas de noticias, numerosos reportajes y artículos especiales de manera prácticamente constante dentro de los medios profesionales y también habitual tema de conversación en las comunidades de jugadores.
Bioshock Infinite es uno de esos videojuegos, sin embargo este título desarrollado por Irrational Games con Ken Levine a la cabeza me parece un poco más especial que el resto, desprende un aura, un encanto especial y una incuestionable calidad que muy presumiblemente lo harán convertirse en un videojuego que sabrá destacar dentro y fuera de su género.
Esta ligera preferencia sobre el resto de los otros juegos en parte es debida también a la sensación que me transmite su marcada personalidad y la manera con la que ha ido llegando a nosotros. Además de ser una serie que destaca con gran maestría y estilo dentro de los disparos subjetivos, también se aleja un poco de la típica superproducción comercial de la que todo el mundo habla cada día sin parar. A veces el hype que se genera en torno a ciertos títulos resulta un poco cargante.
Por supuesto estamos hablando de otro First Person Shooter, efectivamente hay muchos, pero si viajaste a las profundidades del mar y te adentraste en Rapture, sabrás que aquello fue un viaje único ¿verdad? Una experiencia y unas sensaciones que seguramente te gustaría volver a experimentar, pero quizá en esta ocasión estaría bien empezar nuestra aventura hacia arriba en vez de hacia abajo. Hacia el firmamento en lugar de hacia las profundidades del mar, cambiar las olas por las blanca nubes. Si, suena bien, además por ahí se comenta que… de Rapture al cielo.