El pasado mes de marzo, Blizzard lanzó una beta cerrada y otra abierta de una de sus series más icónicas. La beta de Diablo IV supone el regreso a Santuario para muchos jugadores después de la experiencia agridulce de la anterior entrega. A pesar de considerarse un buen videojuego, las críticas a las mecánicas, ambientación, argumento, etc. eran constantes. En principio, Diablo IV intentará solventar las quejas principales de los fanáticos de la saga. En esta entrada, comentaré someramente mis impresiones iniciales tras el regreso a los infiernos.
Beta de Diablo IV. Más oscuro todavía.
El apartado artístico de Diablo III, diseños, ambientación y banda sonora no resultaron en sintonía con las anteriores entregas. Diablo, en sus comienzos, mostraba una estética de fantasía oscura que no concordó muy bien con la luminosidad de la tercera parte. Además, el desarrollo del argumento, infantil y mediocre, no contribuía a la historia, sino que restaba.
Desde la primera cinemática, Diablo IV presenta un tono gótico fantástico que busca alejarse de su colorido predecesor. En esta, un grupo de saqueadores de tumbas libera sin proponérselo un horror primigenio. Así, Lilith, hija del Odio y creadora de Santuario, se introduce como la principal antagonista. De momento, poco sabemos de su propósito final, sin embargo se intuye al jugar el primer acto disponible en la beta.
Aunque el apartado artístico y el argumento formen un reclamo importante para acercarnos a un videojuego, lo que hará que nos quedemos son sus mecánicas. El sistema de habilidades, en forma de runas de poder, así como el desarrollo automático de las características de los personajes en Diablo III, no convencieron a muchos jugadores de Diablo II. El concepto, aunque dinámico y sencillo, se alejaba de los métodos tradicionales de creación de personajes. Sin embargo, esta serie siempre estuvo centrada en la acción por encima de los otros aspectos propios del rol. Diablo IV, propone un nuevo sistema de desarrollo del personaje, más complejo que el predecesor y menos restrictivo que la segunda entrega.
Clases y habilidades
En su salida, Diablo IV contará con cinco clases: hechicero, bárbaro, druida, nigromante y pícaro. Como es habitual, cada clase dispone de un árbol de habilidades propio donde adquirimos nuevos poderes y mejoras. Estas se han expandido notablemente con respecto a los juegos anteriores, lo que permite una mayor personalización. Por ello, podemos reembolsar gratuitamente puntos de experiencia en los primeros niveles, con el fin de probar diferentes opciones. A partir de nivel 7, tendremos que gastar oro para modificar el árbol de habilidades. Sin embargo, la mayor novedad son los poderes innatos de cada clase, que anteriormente eran parte del árbol de habilidad.
En esta entrega cada clase dispone de habilidades innatas o por defecto. Por ejemplo, el bárbaro tiene pericia con armas o el nigromante con el libro de los muertos. Por ejemplo, si en Diablo II debíamos desbloquear la resurrección de esqueletos, ahora todo nigromante cuenta con esa habilidad por defecto. A medida que avanzamos, conseguimos nuevas habilidades que podremos modificar para obtener diferentes ventajas. Este sistema recuerda a las runas de Diablo III, aunque combinado con el árbol de habilidades, despliega una mayor capacidad de personalización.
También se ha añadido un movimiento de esquiva para todos los personajes que resulta especialmente útil para evitar ataques de área. Esta mecánica abre nuevas posibilidades mientras que encontremos enemigos que requieran de su uso. Así, se propone un juego más dinámico y ágil.
La beta de Diablo IV: primeras misiones.
Diablo IV, al igual que las anteriores entregas, se desarrolla mediante capítulos en los que tenemos que completar una serie de misiones principales relacionadas con el argumento. Sin embargo, el mapa de juego es mucho más grande y está repleto de misiones secundarias. Este concepto invita a una mayor exploración. En cada zona encontramos mazmorras con unos objetivos específicos que, si los completamos, añadirán nuevos modificadores a las habilidades de cada clase. Esto añade otra capa más a la creación de nuestro personaje. Además, hay numerosos aldeanos que solicitaran nuestros servicios y nos proponen misiones de corta duración.
Este aspecto, que en un principio parece una virtud, pronto se convierte en un defecto. Las mazmorras que he podido jugar siempre comprenden los mismos tres o cuatro objetivos. En resumen, activar unas palancas, mover unos objetos de un punto a otro y un enfrentamiento con un jefe. Los escenarios cambian, pero el concepto sigue igual, por lo que pierde interés demasiado rápido. Por otro lado, las misiones secundarias presentan el mismo escenario, un sótano o una cueva que no cambia. Da la sensación de visitar la misma casa una y otra vez.
Por otro lado, las misiones principales del primer capítulo me parecen poco sugerentes. No hay nada reseñable ni destacable. Tras unas cinemáticas sensacionales y una ambientación conseguida, se esconde una falta tremenda en el diseño de las mazmorras y la narración. Quizás, los próximos capítulos tengan una mejor estructura, aún es pronto para saberlo. De momento, el argumento principal y la acción rápida y directa se diluyen en una saturación de misiones poco inspiradas, mazmorras insípidas y situaciones comunes.
Saqueo: el alma de Diablo
Conseguir objetos de mayor poder es uno de los mayores atractivos de la saga. En este aspecto, la beta otorga equipo legendario generosamente, hasta el punto de perder encanto. Esto seguramente se solucionará cuando salga la versión completa del juego y regulen el sistema de recompensas.
Por otro lado, también se ha mejorado las posibilidades de crear y modificar objetos, incluso los legendarios. Se nos permitirá cambiar características a cambio de una serie de componentes. Hay que mencionar que Diablo IV enfatiza en los objetos cosméticos ya que fomenta el juego en línea entre varios jugadores.
En conclusión, la beta de Diablo IV me ha parecido buen avance. Por el momento, he disfrutado del cambio en su diseño, tanto en las nuevas mecánicas como su apartado artístico. Sin embargo, las mazmorras y las misiones disponibles no me parecen muy inspiradas. El próximo 12 de mayo está previsto un nuevo acceso a la beta abierta.
Belmont, un placer leer tus análisis, como siempre. Esperemos que Diablo IV nos quite el mal sabor de boca que nos dejó la anterior entrega. Esperemos que corrijan el sistema de misiones de esta Beta. Por otra parte, espero con ganas tu análisis para la versión final de este juego.
Cómo me gusta un texto currado de Belmont. Así sí. Magnífica entrada de impresiones.
No me van mucho esta clase de juegos tan arraigados al PC, reconozco, no obstante, la grandeza de Diablo (lo tengo por ahí en la estantería), una leyenda, uno de los grandes. Ojalá el 4 esté a la altura. Esperemos que esas mazmorras y misiones mejoren en la versión final. Imagino que en la beta solo te dejan meter la puntita.