El AH-64 Apache posiblemente sea el helicóptero de combate más famoso del mundo. Un portento bélico que lleva en producción y al servicio del ejército de Estados Unidos desde los años ochenta. Dejando a un lado la imponente apariencia y su gran rendimiento, el aspecto diferenciador respecto a otros helicópteros es la tecnología IHADSS. Este sistema de visor y casco lo llevan integrado el piloto y el artillero. Este casco dotado con un monóculo especial puede seguir los movimientos oculares del usuario. El IHADSS sincroniza estos movimientos con los movimientos del cañón de cadena M230 del Apache. Cuando uno de los tripulantes mueve la cabeza, el cañón se mueve y fija un objetivo.
Existen varias versiones pero el más avanzado es el AH-64D Apache Longbow. Este modelo tiene instalado sobre el eje del rotor principal un sistema de adquisición de objetivos por radar. La situación elevada del mismo permite localizar objetivos y el guiado de misiles incluso cuando el helicóptero está oculto por un obstáculo. Durante la Operación Tormenta del Desierto, en 1991, el Apache completó con éxito su primera prueba de fuego realizando una incursión nocturna para destruir radares de Irak.
Desde entonces, este helicóptero ha tenido un largo historial de combate y no resulta extraño que haya protagonizado varios videojuegos. Sin embargo, uno de ellos, relativamente actual, logra rendirle tributo de forma muy acertada. Gaijin, padres del estupendo Birds of Steel, lanzaron en 2010 Apache Air Assault para Xbox 360, PS3 y PC. Este simulador de combate nos sitúa a los mandos de tres equipos de Apache distintos y propone diferentes misiones a través de variados entornos.
El Apache ha demostrado durante su dilatada trayectoria que no solo es un arma potente, también resulta versátil. Diseñado principalmente como helicóptero de ataque, su eficacia en misiones de reconocimiento, apoyo aéreo y seguridad resulta destacada. Esta capacidad de adaptación tiene su reflejo en la tipología de cada misión y los diferentes entornos del juego. Durante 16 misiones, participamos en operaciones de ataque aéreo y terrestre en las regiones montañosas de Oriente Medio, la costa de África y la selva de América Central. Cada una de estas zonas está recreada utilizando datos de mapas extraídos de fotografías reales por satélite.
Apache Air Assault no es un simulador puro de manual. No obstante, su jugabilidad dista de cualquier experiencia arcade. Tampoco es un shooter donde disparamos constantemente y sobrevolamos escenarios a gran velocidad haciendo virajes imposibles. La experiencia que propone supone todo un reto, sobre todo en la dificultad más alta. El control exige al jugador movimientos controlados, pilotar un helicóptero requiere precisión porque sus desplazamientos son más lentos que los de un avión. El ritmo es más pausado pero volar y controlar nuestro Apache mientras disparamos requiere habilidad constante con el mando.
El encanto reside en el combate. Una vez dominado el control debemos alternar nuestra pericia como piloto y artillero. Para ello debemos observar el terreno localizando amenazas ocultas y destruirlas utilizando los diferentes tipos de visión de la cámara. Mientras controlamos la altitud y rotación detectamos infantería y vehículos enemigos con las cámaras FLIR y DVO. Estos filtros de imagen ofrecen situaciones emocionantes, semejantes a todas las que podemos ver en vídeos de combate real del Apache.
En los modos entrenamiento y realista nuestro arsenal se recarga automáticamente esperando un tiempo. En veterano la cosa cambia y tendremos que aterrizar en pequeños helipuertos para recargar munición y reparar daños.
Apache Air Assault tiene misiones que pueden jugarse con diferentes configuraciones multijugador: Individual y cooperativo en línea (2-4 jugadores en helicópteros distintos). Sin embargo la joya oculta es su cooperativo local en compañía de un amigo. El jugador 1 es el piloto y realiza todas las maniobras de vuelo del Apache. Por otro lado, el jugador 2 actúa como artillero y debe gestionar todas las armas del helicóptero. El primer jugador puede elegir cuándo utilizar las cámaras DVO o FLIR, pero el jugador 2 controla la puntería y los disparos dentro de estas vistas. Todo esto dentro de la misma cabina, en la misma TV y sin pantalla partida. Y lo mejor de todo es que funciona de maravilla.
La coordinación y comunicación entre los dos jugadores resultan vitales. Mientras uno sobrevuela el terreno plagado de amenazas, al mismo tiempo alterna los modos de visión para que el jugador 2 apunte y haga fuego rápido de 30 mm sobre objetivos en movimiento. Las pasadas a toda velocidad descargando cohetes no guiados Hydra de 70 mm o alcanzar desde la distancia a enemigos con la precisión de los misiles Hellfire resulta altamente satisfactorio. Como resultado, ambos jugadores planean ataques, evalúan la situación y priorizan objetivos de forma conjunta para lograr el éxito en cada misión.
Apache Air Assault no tiene una historia destacable, tampoco posee protagonistas elaborados ni un trasfondo interesante durante el transcurso de sus misiones. Puede que algunos jugadores echen en falta un estilo más peliculero o una experiencia más arcade. Personalmente, opino que un modo campaña inspirado en las misiones reales donde el Apache tuvo relevancia acompañado de cinemáticas con videos reales hubiera sido memorable. Sin embargo, la obra de Gaijin va directa al grano centrándose en un un sistema de combate gratificante y fluido con extensos mapeados donde el Apache es el gran protagonista.
