El anhelo por moverte y disparar rápido se apoderan de ti. Zigzagueas sin detenerte mientras tiroteas al enemigo esquivando sus proyectiles. Una serie de desplazamientos laterales culmina con un salto y un certero impacto alcanza a tu objetivo en pleno vuelo. Si estas maniobras resultan innatas para ti posiblemente disfrutes con Forgive Me Father.
Byte Barrel propone un FPS clásico con apariencia cómic inspirado a su vez en las novelas de H.P. Lovecraft. Las sensaciones que transmite recuerdan a las de clásicos como Wolfenstein o Quake. El frenetismo de los tiroteos, el subidón de adrenalina, principios inseparables en este tipo de juegos. Sin embargo, también experimentamos reminiscencias de obras posteriores. Algunos elementos parecen extraídos directamente de Doom 2016, como el árbol de mejoras y una tremenda música metalera. En el aspecto visual, irremediable que XIII (2003) no aflore entre tus recuerdos.
Serás la cura para esta ciudad maldita
La premisa resulta demasiado familiar. Acribillar enemigos en 2D a través de diferentes entornos tridimensionales. A diferencia de algunos títulos citados previamente, Forgive Me Father permite escoger entre dos personajes. Un sacerdote y una reportera, cada uno con su pequeño toque diferenciador, serán los encargados de aniquilar criaturas infames por doquier.
Los escenarios son lineales pero tienen diferente estructura. Es por ello que encontramos niveles cerrados o laberinticos y otros más abiertos. No obstante, la mecánica siempre es análoga. Debemos encontrar llaves de distinto color para abrir una serie de puertas y finalmente superar el nivel. A pesar de existir un solo camino, tenemos dosis de exploración para encontrar munición, interruptores y algunos secretos. El clásico botiquín y el chaleco de protección aguardan en cualquier recoveco.
Generalmente debemos acabar con pequeños grupos de enemigos que aparecen sucesivamente. En cambio, en otros momentos tenemos que sobrevivir a grandes oleadas. Adecuar las distintas armas para cada situación. Agrupar varios enemigos para hacerlos volar por los aires y atraerlos hacia un cuello de botella para tirotearlos fácilmente son tácticas habituales. Así mismo, el constante movimiento sin dejar de apretar el gatillo resulta vital para sobrevivir.
El árbol de habilidades obliga a escoger entre distintos caminos para cada arma u objeto especial. Esta elección repercute sobre las distintas aptitudes que desarrollamos. La evolución elegida permite desarrollar una faceta más realista del arma en cuestión, u otra más fantástica. Estos cambios podemos apreciarlos sobre las armas. Según nuestra elección, podemos ver modificaciones artesanales sobre ellas o una alteración monstruosa del objeto. Los apasionados de los disparos en primera persona disfrutarán con el diseño de cada arma y la variedad de enemigos.
Al horror se le combate con horror
Los objetos especiales pueden y deben combinarse durante los combates. El crucifijo permite recuperar parte de la salud perdida. Por otro lado, el Aspersorio inmoviliza al enemigo durante un breve espacio de tiempo. Del mismo modo, el Necronomicón brinda inmunidad temporal y el medallón hará que ninguna arma consuma munición durante un breve tiempo. El uso de estos objetos consume puntos de locura, la cual acumulamos matando enemigos. Además, disponemos de un farol con el que iluminamos las zonas más oscuras. Del mismo modo que en el Doom 3 original, no podremos alumbrar y apuntar al mismo tiempo.
Forgive Me Father pretende que seamos rápidos eliminando insólitas criaturas que aguardan para abalanzarse sobre nosotros. La música de fondo nos impulsa para acabar con ellos dejando un reguero de vísceras y sangre a nuestro paso. Los niveles están pensados para disfrutarse de forma ágil, superándolos en 10 minutos aproximadamente. El objetivo es terminar cada pantalla con la mejor puntuación. No obstante, encontramos niveles más enrevesados y encuentros con jefes que nos llevarán un poco más de tiempo.
Perdóname, Padre
Podría ponerle alguna pega, posiblemente de carácter más personal. Las armas, salvo la escopeta, carecen de animación de recarga. No obstante, es un juego que emula experiencias clásicas de principios de los 90. Durante aquellos años generalmente se prescindía de este movimiento. Sin embargo, el mayor pero que extraigo es la manera de contar la historia. Cada vez que entramos en alguna estancia descubrimos anotaciones, diarios y fotografías que amplían detalles de la trama. Existen sencillas cinemáticas pero el recurso del texto para desarrollar la historia a través de los objetos tiene demasiada relevancia.
Así mismo, jugando la versión de PS4 he experimentado algunos bugs, uno de ellos bastante puñetero. Como resultado, he encontrado enemigos congelados y la imposibilidad de cambiar de arma en algunos momentos. Como consecuencia de ello, he tenido que cargar partidas anteriores en más de una ocasión. Ciertamente, el peor caso fue cuando un guardado no registró correctamente el progreso después de superar una tremenda horda. Al cargar la partida los enemigos volvían a estar en su sitio pero la cantidad de munición restante era la que había quedado después del enfrentamiento previo.
Forgive Me Father me ha entretenido bastante durante las últimas semanas. Acción directa old school para quitarte las ganas de jugar sin demasiadas complicaciones. Su duración ronda 6-7 horas, una durabilidad adecuada para no pecar de repetitivo. Está compuesto por seis mundos diferentes compuestos a su vez por una buena cantidad de niveles. Teniendo en cuenta el precio y su propuesta sencilla pero exigente podría catalogarse como un juego bastante redondo. Además, resulta rejugable gracias a sus dos protagonistas y los modos Eterno y Nueva Partida+. Si eres incondicional del shooter clásico no pierdas de vista este título.