Acción sin concesiones. Sin remilgos. Desechando la fórmula sobada de tomar elementos de géneros distintos. Sin miedo al pasillo. Sin un presupuesto corriente: a medio camino entre el triple A y el juego independiente. Sin reparos con el descaro. Este análisis de Evil West huele a aromas casi extintos. Apuesta con clasicismo por denegar al jugador mucho respiro. En tercera persona, con una cámara calcada a la del God of War de 2018, el último juego de los polacos de Flying Wild Hog te mete de lleno en una película de serie B con un arsenal extravagante lleno de herramientas para masacrar criaturas del averno y unos pocos vampiros.
Evil West se juega todo a su sistema de combate. Fusiona el beat´em up y el Third Person Shooter con habilidades y munición cuyo uso solo limita un sistema temporal de reutilización. Las armas de fuego tienen mucho peso, pero Evil West es un sobrino bastardo de Dante y de Kratos. Tiene mucho de Doom, por su salvajismo, finalizaciones y frenetismo; y también de Gears of War, referente de referentes entre los shooters objetivos modernos. También recuerda a God Hand, hasta cierto punto. Pero Evil West se las apaña, en estos tiempos que corren, para ser genuino.
Visualmente, es como un juego de PS3 o 360 extremadamente bien optimizado y pulido. Sin alardes ni aderezos cosméticos poco operativos, luce simplemente como necesita hacerlo. Rinde sin petardeos en combates masivos, llenos de efectos y de enemigos, aunque la paleta de colores acaba coqueteando con la monotonía. Los escenarios llegan a ser circunstanciales. No obstante, hay una cierta intención de llevar la acción a diversos entornos. Los que transcurren en lugares típicos, y míticos, del Oeste, son los más trabajados a todos los niveles y dignos de cualquier buen western que se precie. El sonido destaca más veces de las que cumple, que también lo hace, en ocasiones. La música tiene buenos cortes. Los efectos son sensatos y rotundos, y también las voces.
Evil West puede superarse en menos de 15 horas o en algo más de 10, según la habilidad de cada uno. Pero está hecho para rejugar sus misiones prácticamente desde el principio. Los cinco niveles de dificultad dan para mucho. Incluso en el modo normal, la segunda mitad del desarrollo se convierte en un desafío. Sin farmeos y con recursos finitos, el menú maneja un amplio y variado árbol de habilidades y mejoras. El catálogo de armas y herramientas es devastador. El acceso a todo nuestro arsenal en partida es absoluto, está bien implementado en los controles y comandos, y no tarda demasiado en hacerse muy intuitivo.
Su fuerte componente beat´em up pasa por un guantelete mecánico… y eléctrico: el ingenio de Tesla al servicio de la matanza. Un sistema de núcleos de energía regula su abanico de posibilidades. Evil West no es tan profundo como un hack & slash, pero su sistema de combate cuerpo a cuerpo no tiene nada de pobre. Alterna los golpes con los tiros, pero no lucha tan bien como dispara. La ausencia de un modo de fijar enemigos le mutila, en parte, y presenta desajustes de calibración en el daño y los patrones de los que quedan fuera de nuestro campo de visión. No hay sistema de coberturas y su componente táctico es rústico: pasa por elegir el orden para usar todo y liquidar tipos de enemigos.
En los combates, algunos entornos presentan elementos interactivos, que obligan a saber posicionarse y a llevar las peleas a terreno óptimo. Y enemigos, hay muchos, y de muchos tipos. Pero acaban siendo más recurrentes de lo debido. La reutilización de subjefes se emplea sin compasión en todos los sentidos. También esconde algo de exploración, rebuscar entre pasillos, y debe hacerse, porque los recursos son finitos. Invita y casi obliga a rejugar (e incorpora un cooperativo). Los niveles calcan su estructura casi siempre. Hay un hueco minúsculo para los puzles y algún pequeño tramo que se descarrilla para disparar sobre raíles.
Su ambientación es buena. Su trama es relleno puro. Un western con demonios y vampiros con muchos personajes interesantes y un protagonista mal escogido. Evil West es una sucesión de combates en espacios acotados donde sus creadores ponen a prueba al jugador y el jugador pone a prueba todas las herramientas que los creadores le han dado. Se construye con la honestidad de quien se aleja de lo inabarcable para recordar que el videojuego siempre ha sido un desafío. Camina con pasos demasiado rígidos, pero se llena de razones por las enormes posibilidades de su arsenal en encontronazos de intensidad rotunda.
Resulta casi un anacronismo. En estos días de tanto fuego de artificio, Evil West es pura dinamita. Apuesta hasta el último puñado de dólares a la acción más furiosa y reniega de todo lo demás sin ningún tapujo. Una obra elaborada con trozos del alma de God of War, Doom, Gears of War y Devil May Cry. Te pone a sortear el caos durante prácticamente toda la partida a base de hordas, jefazos y subjefes, y te capacita con competencia para contener sus acometidas y mandarlos a todos de vuelva a su infierno de cobardes. Un juego de otra época que sabe cómo usar lo de hoy para crecer, en lo profundo, y que te absorbe como un vampiro. Evil West abarca poco, pero aprieta mucho.
Nota: Hemos realizado este análisis con una copia del videojuego pagada de nuestro bolsillo
Versión analizada: PS4
El sleeper del pasado 2022. Lo tengo en el punto de mira desde su salida y seguramente sea la siguiente compra. ¿Tiene árbol de habilidades además de la mejora en las armas?
Sí. Tiene árbol de habilidades de todo.
Evil West me llamó la atención desde el principio. Después de haberlo visto y jugado puedo decir que es una de esas joyas ocultas que esconde cada generación. Un juego que va mejorando según avanzas y progresas, ofreciendo al jugador todo un festival de acción y frenetismo dentro de un Salvaje Oeste alternativo.
Una lástima que el protagonista y la historia no sean igual de interesantes que su jugabilidad pero los amantes incondicionales de la acción deberían darle una oportunidad.
Un buen candidato para juego de culto de aquí a unos años cuya copia física fácilmente podría revalorizarse con el paso del tiempo.
Genial análisis, Voyevodus.
Coincido. Evil West hace de maravilla lo que busca: ofrecer combates intensos con un arsenal enorme y llenos de posibilidades y enemigos.
Teniendo en cuenta que Shadow Warrior, anterior obra de Flying Wilg Hog, acabó siendo una trilogía, estoy casi seguro que de que Evil West tendrá, por lo menos, secuela, porque está funcionando bien. No hay cifras totales oficiales, pero si en Steam lleva más de 125.000 copias vendidas, debe rondar el medio millón, y acabarán siendo muchas más, porque el juego es cojonudo.
Refinando algunas cosillas, como ciertos elementos del combate cuerpo a cuerpo, la secuela puede ser todavía mejor.
Recomiendo rejugarlo en niveles altos de dificultad en la nueva partida + para no romper el combate. Con las armas y habilidades al máximo es un espectáculo.
Salvaje oeste, vampiros y demonios, con eso ya me ha ganado. Si encima lo valoras tan bien, caerá seguro.
Un abrazo, Voye.
Pues le tengo más ganas a este que al último God of War o Horizon Zero Dawn, así que mil gracias por el análisis porque da gusto leer análisis intentando ser tan objetivo y práctico.
Belmont, ya nos contarás. A ver si te veo y me firmas el libro. Otro abrazo para tí también.
Victor, gracias. Ojalá te guste. Abrazo.
Demonios y vampiros en un sistema de juego rápido y un poco caótico, con eso ya me ha ganado, jajaja.
Me da que es uno de esos juegos que pasan desapercibidos y que al final terminamos probando por las maravillas que hablan de ellos los que lo juegan. Y por lo visto a ti te ha gustado bastante Voye, y no eres fácil de contentar en juegos jajajaja.
Me da rabia porque me molaría jugarlo pero por el consumismo desenfrenado de juegos que tenemos ahora (dígase Game Pass) no sé si podré hacerlo. No me da el tiempo.
Como siempre, ¡un placer leer un texto tuyo, Voye!
Gracias Ru. Me ha encantado, lo sigo jugando, de hecho. Ganas de una secuela.