Square Enix se homenajea a ella misma sin mayores pretensiones que las de volver a ofrecer aquella simplicidad con sabor añejo que, en un pasado no muy lejano, tan buenos momentos hizo pasar a unos y otros. Y digo que se homenajea ella misma, sin discriminar, porque lo hace con honores tanto hacia Squaresoft como hacia Enix… Sí, lo sé, puede que este Bravely Default honre más de frente a la primera, en concreto a aquellos Final Fantasy de la época de los 8 y 16 Bit. Pero si uno se sube al balcón y ve la ceremonia desde la altitud, se dará cuenta que el baile que tiene bajo sus pies es, en definitiva, un homenaje al JRPG clásico como tal, y aquí por la puerta principal podríamos ver entrar a Dragon Quest, aunque también a otros grandes de los combates por turnos como Romancing SaGa o Chrono Trigger, con el que comparte más de lo que puedo contar.
Así que en resumen: Bravely Default es un JRPG que no busca nada más (ni nada menos) que trasladarnos atrás en el tiempo hacia aquella época donde los juegos de rol japoneses prescindían de maquillaje, acción y disfraces para centrarse en solo una cosa: MAGIA. Y con este término no me refiero a hechizos y pociones (que también), sino a aquellos polvos de mil colores que nos apresaban en un mundo de fantasía del que no queríamos (y casi ni podíamos) escapar. Avisados estáis, cerrad puertas y ventanas porque volvemos a finales de los 80/principios de los 90, y con esto quiero decir que este juego no os va a ofrecer prácticamente nada nuevo, todo lo que veréis os sonará a déjà vu, a un recuerdo de algo ya vivido.
Para empezar, la historia es la misma que aquella que vimos en 1987, ya sabéis, la de los 4 cristales, los elegidos, el rey al que ayudamos, la batalla entre luz y oscuridad, el villano, el villano detrás del villano, males que azotan al mundo y su integrad, nosotros: los salvadores. No voy a gastar saliva palabras en explicar la historia porque esta es, a grandes rasgos, la misma que la de ese primer Final Fantasy (e incluso algún otro, como el tercero), aunque con la diferencia de que esta vez la narración no solo acompaña nuestros pasos, sino que también los entorpece, haciéndonos caer de bruces con el que es uno de los grandes males de este juego: la SOBREXPLICACIÓN. Una historia tan simple, con unos personajes tan bien definidos y tan fácilmente reconocibles por el jugador (porque son clichés andantes, lo que no es malo en este caso), pero que no consigue acompañarnos en nuestro viaje de la mano sino que lo hace poniéndonos la zancadilla a modo de diálogos insulsos y tediosos que no cuentan nada interesante, personajes que hablan sobre vanidades que no nos interesan en absoluto, una necesidad absurda de dejar todo rigurosamente justificado y de dar más profundidad a la historia de la que puede ofrecer.
Pero bueno, un mal medio, ya que se pueden esquivar escenas y diálogos. También escapar de las batallas, aunque dada la bien ajustada dificultad del juego (tanto en su modo fácil como normal), no lo recomiendo. Aún y así, nuestro éxito en la hazaña dependerá de nuestra habilidad y buen juicio más que de lo de difícil que nos lo pongan los enemigos. Lo primero que nos hará falta (más allá de un arma adecuada y un buen equipo de defensa), será el dominar los TRABAJOS. Nada nuevo en el horizonte, los típicos de siempre, aunque en esta ocasión se nos permite combinarlos de modo que podemos usar habilidades de apoyo de un trabajo que no sea el propio de nuestro personaje. Cierto es que dependiendo de la habilidad del jugador y de la dificultad elegida, es factible completar la historia solo usando los cuatro primeros trabajos, pero gran parte del encanto del juego consiste en justo lo contrario, en experimentar con las posibles combinaciones y cambiar los trabajos de nuestros personajes de manera frecuente, lo que a su vez nos motivará a subirlos de nivel.
Otro factor importante y, esta vez sí, muy original, es la inclusión de las acciones BRAVELY y DEFAULT. La primera permite “pedir prestados” turnos, mientras que la segunda sirve para ahorrar turnos que posteriormente nos pueden ser útiles. Dicho de otro modo, al pulsar el botón “L” ejecutaremos el comando Default, que viene a ser un modo defensa en el que no atacamos pero a cambio obtenemos un turno extra. Por el contrario, al pulsar “R” activaremos el comando Bravely, que nos posibilitará usar ese turno previamente “ahorrado” para tener así dos acciones consecutivas, lo que puede resultar muy útil para recuperarse de una brutal embestida o para repartir cañaX2. Pero no solo podremos usar los turnos que ya hayamos guardado, sino que podremos alcanzar una cuota de hasta -4 turnos (sí, en negativo), lo que se traduce en 16 posibles ataques seguidos (cuatro por cada personaje) nada más empezar el combate, sin que el rival tenga opción a replica. Pero claro, si tras semejante embestida no hemos podido acabar con el enemigo, entonces será este el que dispondrá de 4 turnos seguidos para él ý sus secuaces… ¿Sencillo, verdad?
Está mecánica resulta muy novedosa en el género y le da un toque de estrategia a los combates que les añade interés (aunque puede llegar a hacerlos demasiado fáciles). Además, con solo pulsar el botón “Y” el juego recordará nuestras últimas decisiones y las ejecutará de manera automática, esto unido a la opción de acelerar el ritmo de los combates como si fuesen a cámara rápida, dará como resultado unos enfrentamientos muy breves y rápidos, haciendo el avanzar mucho más ágil y rompiendo con esa lentitud excesiva que algunos juegos presentan en sus combates por turnos (vamos, que Bravely Default es en este aspecto justo lo contrario a Skies of Arcadia, sobre todo a su versión de Dreamcast).
Ya para acabar volvemos con otro apunte negativo, ya veis, este juego te da una de cal y otra de arena. El segundo de los grandes males de este título es la REPETICIÓN. Si bien hay mucho contenido secundario/opcional, a groso modo podríamos decir que hay cuatro grandes mazmorras principales, todas ellas prácticamente calcadas tanto en lo referente a diseño artístico como en cuanto a planificación; la mayor diferencia que hay entre ellas es la paleta de colores. Lo mismo pasa con las ciudades, son muy parecidas entre sí (además de diminutas) y hay poco, casi nada que hacer en ellas. En cuanto al mapamundi en general, hay zonas boscosas, nevadas, desérticas y ya sabéis, los típicos contrastes, pero realmente solo se trata de un cambio de color del terreno, porque al igual que pasa con ciudades y mazmorras, no tienen un toque distintivo o la profundidad necesaria como para que cada una de ellas tenga una personalidad y unos valores propios. La totalidad del mundo de Bravely Default es totalmente liso en cuanto a variedad y carácter, solo cambiando los colores de un lugar y otro, lo que hace que siempre se tenga la sensación de estar en el mismo lugar. La idea era hacer un juego simple que nos recordase en cuanto a mecánicas, jugabilidad y entorno a los JRPG de antaño, pero parece como si el término “simplicidad” se hubiese confundido por el de “mediocridad”.
Además, lo que sí que es mediocre del todo y digno de multa, es el “final” del juego, y es que tras unas 15/20 primeras horas muy interesantes, todo se vuelve oscuro y caluroso, como el agosto infinito de Suzumiya Haruhi, teniendo que caminar sobre nuestros pasos una y otra vez para completar el juego. Es decir, debemos de repetir esas 4 mazmorras idénticas otras 4 veces más cada una, eliminar a los mismos enemigos y jefazos 4 veces más, visitar los mismos poblados 4 veces más; una especie de bucle que parece no terminar nunca, alargando la duración del juego de manera absurda y tremendamente desacertada y que hace que olvides todos esos buenos momentos que el juego te ha hecho pasar en su primera mitad.
=Conclusión=
Como he dicho al comenzar el análisis, no se debe tomar a Bravely Default como a un nuevo referente del género, sino más bien como un homenaje, un tributo a esos JRPG clásicos de décadas atrás. Tenemos un mapamundi muy simple por el que movernos, mazmorras de diferentes niveles en las que solo debemos avanzar y pelear, pequeños poblados para comprar equipamiento y poco más, monstruos como enemigos finales, combates por turnos de capa y espada. La jugabilidad es genial, impecable e incluso refrescante, pero los creadores del juego han pecado de ser un poco vagos la verdad, y es que los diferentes elementos del juego erran de no tener una ambientación y carácter propios que los distinga del resto. Todo es muy idéntico y realmente se ha perdido esa sensación de avance hacia lo desconocido que si presentaban los juegos en los que se inspira este. Además, creo que se le ha querido dar un grado de profundidad a ciertos elementos que realmente no necesitan ni pueden ofrecer, mientras que otros aspectos del juego se han mantenido excesivamente simples. No se ha sabido equilibrar la balanza y se ha pecado de ambigüedad a la hora de definir el carácter del juego. De todos modos, esto no quita que Bravely Default sea un genial JRPG, un imprescindible de Nintendo 3DS y de cualquier seguidor del género, un juego muy divertido que os mantendrá muchas horas ocupados. Eso sí, no esperéis encontrar aquí la épica de los últimos Final Fantasy de Squaresoft o la grandilocuencia de Lost Odissey (aunque tampoco se pretende), aquí todo es más simple, o debería serlo, ya que a efectos prácticos todo resulta, simplemente, menos inspirado. De todos modos, se ha de valorar también el esfuerzo de sus creadores por querer ir más allá de lo ofrecido anteriormente en otras propuestas semejantes como Final Fantasy: The 4 Heroes of Light o los Final Fantasy Crystal Chronicles de Nintendo DS. Si te gustaron esos juegos, este muy seguramente también.
=Puntos fuertes=
- Jugabilidad directa y a prueba de bombas.
- Puede marcar un antes y un después en las mecánicas de los combates por turnos.
- Buen diseño artístico, aunque muy limitado y poco variado.
- Excelente sistema de trabajos.
- Uno de los juegos más resultones en 3D para la portátil de Nintendo.
=Se podría haber mejorado=
- Historia. O mejor dicho, la manera en que esta es narrada.
- El mundo podría haber sido más rico en contrastes y con más que ofrecer.
- El final del juego (su segunda mitad): de lo peor que recuerdo en años.
- Falta de inspiración, de carácter.
Bueno Ginger, lo primero felicitarte de nuevo por tu estreno. Después de habérmelo leído (por segunda vez) me han dado unas ganas tremendas de robar la 3DS a una que yo me sé y jugarme este Bravely Default.
Su aspecto ha sido criticado por algunos pero como bien dices, las reminiscencias y su fidelidad a la época de los JRPG clásicos de 8 y 16 Bit hacen que sea un juego muy atractivo. Mencionas su similitud con Dragon Quest y Chrono Trigger, auténticos juegazos, lo que hace que este juego sea aún más apetecible para aquellos que no lo hayan probado.
Me ha llamado la atención lo que has comentado a cerca del final del juego: «todo se vuelve oscuro y caluroso, como el agosto infinito de Suzumiya Haruhi, teniendo que caminar sobre nuestros pasos una y otra vez para completar el juego. Es decir, debemos de repetir esas 4 mazmorras idénticas otras 4». Una lástima que ocurra esto, volver sobre nuestros pasos en ocasiones puede resultar bastante tedioso pero por lo que puedo entender leyendo tu análisis, Bravely Default peca de repetición y de falta de profundidad como defectos destacables. No obstante, su sistema de combate y su bonito diseño, aunque sea poco variado, junto a su personalidad clásica, seguramente sean motivos más que suficientes para darle una oportunidad.
Un saludo Ginger y buen trabajo
joder pues el diseño será limitado en cuanto a variedad se refiere xo a nivel de arte m parece 1a puta pasada, lástima q no tenga pasta para la 3DS pq entre este y el Zelda me pica bastante.
enhorabuena por tu primer análisis en Borntoplay Grinder!!! nos leemos
uffff pues como además de bello a nivel artístico, sea tan bueno como Dragon Quest, Romancing SaGa y Chrono Trigger, este Bravely Default parece ser uno de los imprescindibles de Nintendo 3DS. Me gusta saber que rinde homenaje a los títulos más clásicos del género, con eso ya tienen ganado a gran parte del público.
Gran análisis por cierto. Un saludo.
Gracias por vuestro recibimiento chicos, me alegro que os haya gustado el análisis.
Sin duda este Bravely Default es una buena razón de peso para acabar de decidirse y hacerse con una 3DS, que ya de por si tiene un catalogo envidiable aunque quizás algo necesitado de grandes apuestas third-party.
Oye Ginger, sin animo de ofender ni na por el estilo ¿eres una tía? No es por ná, pura curiosidad, el nombre, la imagen y tal…. xd
19cm responden a tu pregunta:)
Pero me parece extraño que solo por la foto te haya surgido la duda, más que nada porque son muchos los que tienen chicas en sus avatares^^
Por cierto, acabo de pasarme Fez y que decir… una maravilla. Se lo recomiendo a todo aquel que todavía, por una razón u otra, no le haya dado una oportunidad. No soy un gran fan de los indie games, pero he de reconocer que Phil Fish ha logrado crear una obra atemporal, muy singular y nada hipster, al contrario.
AHHHH JAJAJAJAJAA… muy bien Ginger creo q superas la media española q si no recuerdo mal está en 13 tristes cm XDDD pero cuidao… pq siempre hay un pez mas grande en el estanque y ese es el mio señoreeeesssss
el FEZ es el del muñequito blanco ese no??? puzzles y plataformas. Por lo que he leído x ahi lo ponen como uno de los mejores indies qhan llegado al mercado últimamente, habrá que echarle 1tiento a ver
Enhorabuena Ginger por tu estreno, un gran analisis para un gran juego. Cuando me enteré que este juego salia, lo segui de cerca porque parecia tener algo de los juegos clasicos y por lo que comentas, es asi. Leyendote me ha recordado que tengo que jugar algun dia al DQ El Periplo del Rey Maldito, que lo tengo en la estanteria.
Y si algun dia me pillo una 3DS, el primero que me pillaria seria este juego. Me has convencido con el analisis. Y si como comentas, algo tiene que ver con el gran Chrono Trigger ya me lo has dicho todo tio 🙂 . Un saludo !!!!