En esta vida pocas cosas me revientan más que equivocarme con un videojuego y eso es justamente lo que me ha ocurrido con Dangerous Golf. Lo que aparentemente parecía un atípico juego de golf, divertido y tontorrón, de esos que descargas para disfrutar durante breves espacios de tiempo, ha resultado ser una completa decepción dentro de mi lista «otros juegos» para el verano.
Sinceramente, no me gusta el golf y los títulos serios basados en este deporte menos aún. En cambio, si de verdad hay algo que adoro dentro de un videojuego es la posibilidad de destruir cosas en tiempo real, alterar un escenario mediante una acción directa del jugador siempre me ha parecido uno de los mejores y más divertidos avances que un videojuego puede brindar al usuario.
Al principio este título de Three Fields Entertainment me parecía interesante por dos motivos: primero por el alto componente destructivo que muestran los detallados escenarios, y segundo; todo ese destrozo venía avalado por Alex Ward y Fiona Sperry, antiguos miembros de Criterion y creadores de mi queridísimo Burnout. La diversión parecía garantizada.
La acción se desarrolla en una serie de elaboradas localizaciones situadas en distintos países, tanto en interiores como exteriores. El sistema de juego basado en turnos (online y offline) nos premia con puntos en función del nivel de destrucción que logramos haciendo rebotar la pelota para causar el mayor nivel de daño y multiplicar de este modo los beneficios. Mediante tres tiradas tendremos que conseguir la mayor puntuación posible arrasando con todos los elementos del escenario, lograr un objetivo concreto en pruebas más avanzadas y por supuesto introducir la pelota en el hoyo. Sin embargo y al contrario de lo que pueda parecer estos lanzamientos no son nada elaborados, la habilidad o la puntería que debería poder demostrar el jugador brilla por su ausencia ya que todo se reduce a proyectar la pelota hacia una dirección mientras aplicamos dos tipos de fuerza.
Dangerous Golf se revela rápidamente como un videojuego aburrido y en la tercera partida el interés se esfuma de un plumazo mientras lamentas esos 17,99 € que has tirado al retrete digital. Ni siquiera los cinco modos de juego dotados con opciones cooperativas y multijugador consiguen amortiguar esta molesta sensación provocada por una mecánica demasiado superficial.
=Conclusión=
No compres este juego
=Puntos fuertes=
- La variedad de lugares, el buen diseño de niveles y las imágenes ralentizadas de la pelota rebotando por el escenario destrozando todo a su paso es algo que entretiene durante las dos primeras partidas, después terminarás acordándote de los accidentes de Burnout o del tiempo bala de Max Payne y entonces decidirás olvidar este juego para siempre
=Se podría haber mejorado=
- Si los creadores hubieran optado por implementar un sistema de apuntado y disparo un poco más elaborado y profundo la cosa hubiera cambiado pero no, la experiencia termina convirtiéndose en algo aburrido y monótono
- El uso de la cámara podría haberse aprovechado mucho mejor como virtud para compensar una jugabilidad demasiado simple y tostona
- Los tiempos de carga son elevados para un juego de estas características
Me ha gustado la conclusión XD