El mal camina por la espesura, una vez más.
El anuncio de la revisión de Diablo II, tras la pifia de Warcraft III: Reforged, se recibió con precaución, pero también con esperanza. Diablo, el señor del terror, podría suponer otro clavo en el ataúd de la últimamente controvertida Blizzard o, por el contrario, el primer paso de su resurrección, si es que alguna vez alguien la dio por acabada. Con esta mentalidad algo fatídica, vuelvo a recorrer Santuario tras los pasos del vagabundo oscuro en Diablo II: Resurrected.
Para aquellos recién llegados o curiosos que no han ejercido su deber de aniquilar demonios a diestro y siniestro, diremos que Diablo II se considera uno de los grandes títulos dentro de los videojuegos de rol y acción o ARPG. Las mecánicas roleras consisten simplemente en seleccionar una clase de personaje -entre amazona, bárbaro, hechicera, nigromante, paladín, asesina o druida-, incrementar unos puntos de característica al subir de nivel, que determinan principalmente en el equipamiento que podemos usar, y una serie de habilidades desbloqueables según adquirimos experiencia.
A grandes rasgos, la jugabilidad brilla por su sencillez, pues el control básico del personaje se reduce a los dos botones del ratón. Mediante el uso de las habilidades y el saqueo de pertrechos cada vez más poderosos, tenemos que destruir a todos los engendros del infierno que se crucen en nuestro camino. La sencillez de las mecánicas, unos mapas aleatorios sugerentes y unos personajes diversos en su jugabilidad inmersos una historia macabra de corte fantástico medieval, convirtieron a Diablo II en todo un clásico dentro del catálogo de Blizzard.
Diablo II: Resurrected conserva el estilo de juego prácticamente intacto y ofrece tanto el videojuego original Diablo II como Diablo II: Lord of Destruction. La posibilidad de jugar sin la expansión será seguramente una decisión bien recibida por los más fanáticos. Los principales cambios en esta revisión se encuentran en el apartado gráfico renovado y en una serie de comodidades que tratan de pulir la experiencia jugable, incluyendo la opción de usar un mando en lugar del ratón en PC.
El nuevo aspecto gráfico funciona como principal reclamo de esta revisión. Es cierto que algunos cambios de diseño en los personajes, que parecen más envejecidos, y en un puñado de demonios no han agradado a todo el mundo. Sin embargo, con tan solo presionar una tecla para volver a los gráficos originales, se aprecia el estupendo trabajo de actualización en el apartado visual. En esta nueva versión, detalles borrosos o que pasaban desapercibidos adquieren envergadura, especialmente notable en los efectos de iluminación y el equipamiento. Desde mi punto de vista, una vez que has probado el nuevo aspecto gráfico, se hace muy difícil volver atrás, algo que no pasa en toda adaptación.
Diablo II: Resurrected añade varias comodidades en el sistema de juego, como la recogida automática de oro, para mejorar y suavizar la experiencia de acuerdo con gustos más actuales sin modificar nada especialmente relevante en sus mecánicas, excepto el añadido del alijo compartido, que posibilita la transferencia de objetos entre los personajes y puede cambiar ciertos aspectos del modo Incondicional -en este modo una vez que muere el personaje lo perdemos para siempre-, como comentaré a continuación.
El alijo compartido añade un aspecto propio de los juegos roguelike en el modo Incondicional al permitir conservar fácilmente objetos entre partidas, aunque nuestro personaje muera. Esta nueva característica quizá resulte blasfema a los jugadores más puristas ya que la penalización por muerte se ve reducida y se aligera la carga de empezar un nuevo personaje. Por otro lado, crear personajes solo para almacenar objetos y transferirlos a otro nuevo en un futuro siempre fue una práctica habitual y el alijo compartido simplifica el proceso. En este punto, si queremos empezar un personaje sin ningún tipo de impulso inicial, nadie nos impide no usar los objetos encontrados en anteriores partidas, por lo que el alijo compartido me parece una de las mejores actualizaciones al sistema de juego de Diablo II.
El sistema de puntuaciones por temporadas conocido como ladder que permite competir comparando nuestro personaje con el de otros jugadores aún no está implementado. Blizzard continúa evaluando como introducir esta modalidad y todavía no ha publicado una fecha de lanzamiento. Las temporadas eran una buena excusa para volver a jugar a Diablo II con un personaje fresco, pues todos los creados para el ladder rank no compartían alijo con otros personajes que no fueran creados específicamente para esa temporada. Está por ver si el sistema evoluciona incluyendo recompensas cosméticas o mascotas, al estilo Diablo III, o cualquier otro aliciente que atraiga o mantenga a los jugadores.
Diablo II: Resurrected muestra a Blizzard en otra época, que quizás no está perdida del todo. Diablo III se alejó de su predecesor en aspectos clave en cuanto a la historia y el desarrollo de los personajes con sus respectivas habilidades. Resurrected devuelve el juego a sus orígenes con unos pocos añadidos en la jugabilidad y una mejora en sus gráficos que lo convierten en un videojuego totalmente apetecible en 2021. En conclusión, un videojuego que no se debe pasar por alto, tanto si no dejaste nunca de jugar a Diablo como si es tu primer juego de la saga.
Tiene buena pinta este Resurrected solo espero que no tenga que seguir viviendo de remakes
Si sacaran un juego al que seguir dándole caña dentro de 20 años, hablaríamos de otra Blizzard, pero la oferta cada día es mayor y de calidad. Lo cual es un logro para Diablo II, en mi opinión, pues que un juego del 2000 siga haciendo sombra a los actuales, no debe ser sencillo, aparte de nostalgia.
Estoy jugándolo con mi hermano, como lo hacíamos en su día, y lo estoy disfrutando una barbaridad. Menudo juegazo
Diablo sigue enganchando como pocos juegos, Victor. Ten cuidado que te come el tiempo! 🙂
Este tipo de juegos no me ha atraído nunca mucho, tal vez porque lo considero un género muy de PC. Pero sí que todos los que lo estáis jugando lo estáis disfrutando a tope. Así que debe ser un buen juego.
Yo soy de esos partidarios de refritos, puede que se te escapara un juego en su momento y poder volver a jugarlo con mejoras nunca está de más. Y creo que este Diablo II es uno de esos casos.
¡Un análisis de 10, Belmont!
Toda la razón Belmont, he llegado a madrugar un montón porque era el único rato que sé que podía jugar horas tranquilo jeje y es el típico juego que dices, venga llego al transportador y lo dejo… y cuando te quieres dar cuenta, has matado a Baal por tercera vez.
Jajaja, yo estoy igual…
Me tienta mucho. No termino de lanzarme a por el porque me gustaría que lanzaran una versión física, para tener esta edición, definitiva, por así definirla.
Gran análisis Belmont.