Todos aquellos que nacimos en los ochenta hemos tenido mucha suerte. Pertenecemos a una generación que disfrutó de una infancia única gracias a unas series y unos dibujos animados inolvidables. También tuvimos la suerte de jugar con unos juguetes envidiables y vivir una época que nos ha permitido experimentar la velocidad con la que ha evolucionado el videojuego, siendo testigos y protagonistas afortunados de unas etapas y juegos que han marcado historia.
Pero sin duda otra de las mejores cosas que tenemos los que crecimos en los ochenta, es que sabemos muy bien lo que es una buena película de acción. Far Cry 3: Blood Dragon es todo un tributo a una década del cine, de música, personajes, clichés y estrafalaria estética que hoy en día sigue despertando pasiones. Nosotros tenemos una teoría y es que Blood Dragon debería haber sido la entrega principal y no una mera expansión con un derroche de estilo e imaginación únicos. Ubisoft nunca habría tenido el valor de lanzar un juegazo principal con una personalidad ochentera tan sumamente sublime. No, claro que no. No obstante, algo es algo.
Blood Dragon posee una banda sonora increíblemente buena, obra del grupo australiano Power Gloove. Cada una de sus canciones son una pequeña joya que, junto a la infinidad de detalles y guiños a pelis de acción de culto, son capaces de teletransportarte a esa época mientras activan mil recuerdos y flashes en tu cerebro a la velocidad de un rayo cibernético. Ahora escuchad y deleitaros con Power Core, una de las piezas que componen una banda sonora de las de antes para un juego que tiene una canción emblemática para cada misión.