Ocho luchadores, ocho técnicas
En la antigua China, la guardia imperial desarrolló una poderosa técnica de Kung Fu conocida por Hakkyoku ken (el puño de ocho puntas). Esta técnica consiguió gran admiración y muchos adeptos. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés desarrolló sus propias técnicas de Hakkyoku ken con el fin de crear las mejores fuerzas de combate.
Esto fue hace mucho tiempo. Ahora, el único maestro activo de Hakkyoku ken, un joven llamado Akira Yuki, parte para viajar por el mundo en busca de sabiduría y oponentes dignos. Los encuentra en el torneo mundial de lucha, donde los luchadores más fuertes se han reunido para determinar quién posee la supremacía en el arte de la lucha cuerpo a cuerpo. Se permiten todas las técnicas posibles, mientras los contendientes no utilicen más armas que sus propios cuerpos.
Virtua Fighter
La primera vez que veías este videojuego tu mandíbula tocaba el suelo. Siempre lo recordaré, fue uno de los primeros títulos en hacer uso de gráficos tridimensionales. El aspecto de sus personajes, repletos de polígonos, conseguían abrirte los ojos a un nuevo mundo tecnológicamente avanzado.
Dirigido por Yu Suzuki, Virtua Fighter introducía ocho luchadores, cada uno de ellos con diferentes estilos de lucha y poses de combate. Una característica diferente en un momento en el que los juegos de lucha poseían un generoso plantel de luchadores, en apariencia diferentes pero funcionalmente iguales.
A pesar de utilizar únicamente tres movimientos, puñetazo, patada y bloqueo, también incluía contraataques, llaves y combinaciones de golpes. No obstante, el aspecto interesante del juego es que ganar un combate con cada luchador requería una práctica totalmente distinta. Cada luchador tenía un movimiento y un comportamiento diferente en el ring. Su experiencia realista apartaba de un plumazo las potentes magias, los luchadores estrambóticos y toda esa feria de luces y flashes, habituales en muchos títulos de lucha orientales. Otro detalle curioso es que nos permitía echar a nuestro rival del cuadrilátero, lo que nos hacía ganadores del round. Un elemento completamente novedoso que numerosos videojuegos introducirían después en su jugabilidad. Sagas como Tekken y Dead or Alive, o juegos como Soul Blade, no pueden negar su influencia.
Imagen: Virtua Fighter Wiki
Imagen: Games Database
La obra de Suzuki, con esa aparente jugabilidad sencilla, revelaba un estilo más estratégico y pausado. Virtua Fighter se alejaba del frenetismo de otros juegos de lucha japoneses como Street Fighter o The King of Fighters. Considerado un simulador de lucha con más de 700 movimientos especiales, novedosos luchadores poligonales, suave escalado de sprites y gráficos 3D, este título se alzó como el juego de lucha más rápido e impresionante programado hasta la fecha.
En su día impactaban el diseño de sus luchadores, los escenarios repletos de amplitud y esa sensación de profundidad. Virtua Fighter no ha envejecido bien, sus personajes parecen de papel y los fondos son vacíos y fríos pero conserva su encanto. Sigue siendo un videojuego fluido que actualmente llama la atención por su apariencia minimalista y primaria que en su día fue completamente revolucionaria. Un título pionero que nos adelantaba como serían los futuros juegos de lucha en tres dimensiones.
Virtua Fighter
- Año: 1993
- Plataformas: Recreativa / Sega Saturn
- Desarrolladora: Sega
- Género: Lucha
- Crítica: Videojuego pionero en materia de polígonos
Pese a lo mal que ha envejecido, en su momento fue increíble, a mí por lo menos me dejó boquiabiertos. Y a nivel jugable considero que a día de hoy sigue siendo un título divertido.
Ey Suso, bienvenido!
Coincido completamente. En su día recuerdo que este videojuego me dejó completamente alucinado. Acostumbrados a los píxeles y los mundos 2D contemplar aquellos luchadores materializados a través de polígonos suponía un importante avance técnico para aquel momento. Hoy en día tienen un aspecto curioso pero siguen siendo molones y como bien dices, Virtua Fighter también sigue siendo divertido de jugar.
Un saludo