¿Sientes el flujo?
La deuda que tenía pendiente con Mirror’s Edge ha sido saldada después de pasados cuatro años desde su lanzamiento. Uno de esos títulos que se nos quedan en la lista de pendientes y el tiempo va pasando. A pesar de llevar un tiempo en el mercado puede haber pasado desapercibido para muchos, pero espero que aquellos que no lo hayan probado se animen a jugarlo después de leer este artículo. Desde luego no se arrepentirán. Estas líneas son un breve resumen de las virtudes del juego, ya que un análisis del mismo quizá no tendría demasiado interés.
Mirror’s Edge es uno de esos videojuegos con personalidad, capaz de desprender una aura especial. Podría englobarse dentro de esa familia de juegos poco habituales, a la que pertenecen títulos como el genial Portal 2. Lo sé, no tiene nada que ver un título con el otro, pero son esa clase de juegos únicos que cuando empiezas a jugarlos sientes esa originalidad y frescura a la que por desgracia cada vez estamos menos acostumbrados.
Si todavía queda alguien que no sabe en qué genero encasillar este juego, que no se engañe. Mirror’s Edge es un juego de plataformas único. El sensacional tratamiento de la primera persona que ha realizado el estudio sueco y las sensaciones que esta es capaz de hacernos sentir son realmente buenas. En todo momento parece que somos nosotros los que estamos moviéndonos por los escenarios, trepando por los obstáculos y realizando unos saltos que son capaces de cortarnos la respiración en algunos momentos. Nuestros movimientos, las situaciones que nos plantea el juego y los lugares por los que nos movemos pueden transmitirnos incluso vértigo y una divertida sensación de inseguridad. La primera vez que caemos irremediablemente al vacío y desde una altura considerable al fallar algún salto, el juego recrea muy bien esa sensación tan horrible de precipitarnos a una muerte segura.
DICE nos sitúa en una ciudad ficticia llamada New Eden, donde una sociedad conformista, vigilada y una comunicación controlada alimentan una especie de régimen dictatorial moderno. Únicamente un grupo conocido como los «Runners» hacen frente a esta situación actuando como mensajeros urbanos, transmitiendo mensajes mientras escapan de las autoridades utilizando una disciplina de movimiento conocida como «el arte del desplazamiento«, donde nuestra protagonista, una chica llamada Faith, hará uso de una gran agilidad y una sorprendente habilidad para moverse por la ciudad de una manera que muchos desconocen, utilizando algunos de los elementos cotidianos que componen un entorno urbano. Tejados, cornisas, salientes, paredes, azoteas, conductos de ventilación, grúas… los Runners ven la ciudad de otra manera, los tejados son caminos y los conductos de ventilación rutas alternativas.
La primera vez que juegas a Mirror’s Edge llama la atención la blancura y la limpieza de sus escenarios, con un cielo azul y un sol brillante que recuerdan a esas mañanas claras de invierno. Esa sensación de realismo también se ve reforzada por la ausencia de elementos indicativos en pantalla y por la acertada y ya citada vista subjetiva de la que hace gala el juego. Pero el gusto de este juego, su auténtico valor, reside en su jugabilidad. Encadenar una serie de acciones diferentes mientras huimos o nos colamos en algún edificio es una simple maravilla. El éxito de unos movimientos combinados como correr, pasar por debajo de un obstáculo, desarmar a un guardia y huir corriendo por una pared vertical, son capaces de completarse de manera seguida y fugaz, en plena armonía y perfección, siempre y cuando el jugador sea lo suficientemente hábil para lograrlo y para después ver esa posible ruta de escape, ese siguiente paso. Cuando consigues tener esa «visión de corredor» (y la habilidad suficiente con los botones) Mirror’s Edge ofrece algo único, permitiéndonos incluso dosis de exploración a la carrera mientras ejecutamos saltos imposibles a lo largo de sus niveles. No es sencillo conseguir a la primera una sucesión de movimientos diferentes, rápidos y espectaculares, fallaremos en muchas ocasiones pero es ahí donde reside el encanto del juego, el éxito depende de la habilidad del jugador, algo que hoy en día es difícil de encontrar. Mirror’s Edge requiere habilidad y práctica. Desde luego que no es un videojuego para todo el mundo, va orientado a esa minoría valiente, siempre ávida de nuevas experiencias.
Puntos negativos, dejando a un lado algunos defectos técnicos sin importancia, su historia se hace algo corta y los escenarios resultan demasiado parecidos en algunos momentos. Unos «peros» que no empañan la genial propuesta de DICE.
Huyes perseguido por la policía mientras escuchas tus fuertes pisadas y la genial música electrónica de fondo. Saltas un obstáculo, consigues deslizarte por debajo de una tubería, desarmas a un enemigo en el momento exacto y escapas saltando de un edificio a otro a través de una enorme grúa. Parece sencillo pero no lo es, por eso cuando lo consigues la emoción y la inmersión se disparan.
Siempre me a molado,mas nunca lo e jugado.
Y con este pareado,doy el comentario por finalizado! 😀
¡Bien! ¡BRAVO! un aplauso para el Sr. Yaybes!
Las clases de lengua y literatura no eran mi fuerte! Pero siempre e odiado las jodidas rimas asonantes.En serio,no les veo el sentido,aquí uno se decanta por las rimas consonantes,joder,que tienen algo de sentido al menos! XD
plas! plas! plas! 😀
A mí me duró poquito la verdad, lo dejé recién comenzado y se fue al olvido…
Me ha gustado mucho tu analisis Rubio, se nota que has captado la esencia del juego. A mi me gusto mucho y es uno de esos juegos que siempre van a estar en mi estanteria cuando pasen los años.
A veces me marco unos saltos de «Faith» cuando miro mi coleccion de juegos y lo veo ahi, simplemente por observar de nuevo la atmosfera del juego.
Blade, me decidí a probar de una vez por todas este título gracias a ti. Tenía ganas de jugarlo desde que salió, pero no veía el momento. Fue hablar contigo y me picaste. Gracias golfo.
Siempre me ha picado la curiosidad sobre este juego, pero al ser en primera persona me tira para atrás, porque yo soy de los que les gusta ver al «muñequito» interactuar con el entorno, ver como se desplaza en los diferentes escenarios del juego, sus movimientos a la hora de «pegarse» con alguien…me pasa como con Dishonored, que serán juegazos, pero los tengo ahí en cuarentena…
Corchado, yo creo que lo bueno está en saber disfrutar de ambas perspectivas. La visión en tercera persona ofrece al jugador una sensación de espectador, como si estuvieramos viendo una película interactiva y eso está muy bien, pero la vista subjetiva, si está bien planteada, puede sumergirnos de lleno en esas acciones. Mirror’s Edge es un título que lo consigue.
A mi también me ha gustado siempre pero se me hizo un poco repetitivo
Bueno Rubio, te he hecho caso, y me lo he comprado por 11 pavos. Si me gusta me pillaré el Deus Ex que me pasa como con este, me tiene ahí que si que no.
No obstante primero me paso el Prototype que aunque al principio me pareció un poco repetitivo ahora con los poderes me está enganchando.
Genial Corchado, espero con ganas tus impresiones, a ver qué te parece. No es un juego para dedicarle las mismas horas que Prototype, eso está claro, pero es la originalidad de la experiencia lo que te engancha. Ya verás que gozada cuando corres por las azoteas y saltas de un edificio a otro. Eso sí los escenarios a veces se repiten un poco pero es algo que pasas por alto.