Hemos comenzado un nuevo año. Como es habitual, todos lo empezamos cargados de energía, bonitos deseos y buenos propósitos a pesar del chaparrón que está cayendo ahí fuera en forma de una difícil crisis económica que estamos atravesando desde hace unos años.

Voy a aprovechar este momento para desearos a todos mucha suerte en todo aquello que emprendáis durante este 2013 y en vuestra vida diaria. Un año pasa volando pero pueden ocurrir muchas cosas en 365 días. Todos pasamos buenos y malos momentos, durante este año posiblemente tengamos de todo (ojalá más momentos buenos que malos) pero todos aquellos que amamos los videojuegos podemos sentirnos afortunados porque esa mala racha, ese mal día o ese desgaste que sufrimos a causa de la rutina diaria casi siempre puede desaparecer durante un rato o llevarse mejor gracias a esa partidilla diaria, ese ratejo que tenemos al finalizar el día y que nos ayuda a desconectar de los malos rollos, encontrándonos incluso con nuestros amigos y colegas. Para nosotros, sabemos que esto es más que un pasatiempo cualquiera, algo mucho más profundo que «jugar a la maquinita» o «matar marcianitos» Es una forma de entretenimiento fantástica que además puede llegar a enriquecernos de la misma manera que cuando leemos un buen libro o visualizamos una gran película, pero con la diferencia de que el jugador además de ser espectador es el protagonista, actuando directa e íntimamente en esa historia. En algunas ocasiones los videojuegos consiguen llegar más allá, pudiéndolos catalogar como auténticas obras de arte.

Todas esas aventuras, personajes e historias que nos cuentan los videojuegos nos enriquecen, incluso nos enseñan, nos acompañan cada día y forman parte de nosotros durante cada año, testigos de nuestros éxitos, de nuestros fracasos, de nuestras aventuras y desventuras pero nuestro amor y pasión por los videojuegos permanecerá ahí. Inquebrantable.