Siempre que veo algo relacionado con Marte, sobre todo si tiene que ver con alguna nueva película o documental, viene rauda a mi mente la peli de Paul Verhoeven, Desafío Total. Todo un clásico del cine de acción de los 90 que no sólo mostraba cómo nuestro querido Arnold Schwarzenegger era capaz de armar la marimonera en otro planeta. También nos hacía ver cómo la humanidad había conseguido llegar a colonizar el planeta vecino y su letal atmósfera.

En la cinta de Verhoeven, Douglas Quaid, se paseaba cómodamente por un Planeta Rojo ya adaptado y más o menos preparado para la vida normal, de hecho es un destino turístico que el bueno de Arnold escoge para pasar unos días. Sin embargo, en la nueva película protagonizada por Matt Damon esas posibilidades aún están lejanas y durante el transcurso de una misión tripulada al planeta, es dado por muerto y abandonado por su tripulación después de una tormenta en la superficie. Mark Watney (Matt Damon) consigue sobrevivir y deberá recurrir a todo su ingenio, humor y espíritu de supervivencia para conseguir aguantar y encontrar la forma de comunicarse con la Tierra.

Solo y abandonado en un planeta hostil, el astronauta Watney aguarda a la NASA, un equipo internacional de científicos y a sus antiguos compañeros de tripulación, para poder llevar acabo un complicado plan de rescate.

Ridley Scott vuelve de nuevo al género de la ciencia ficción, sin fantasear en exceso y queriendo ser más creíble dentro del género, mostrando un Marte aún desconocido y salvaje para el ser humano, el cual ya ha conseguido alcanzarlo y ha logrado dar sus primeros pasos por su superficie. La película es entretenida, incluso simpática y tensa casi al mismo tiempo en determinadas partes. Tiene algunos planos e imágenes realmente buenos y el sentido del humor del protagonista junto a las situaciones a las que se enfrenta, hacen que el espectador empatice con el solitario astronauta (¿quién no se ha imaginado alguna vez quedándose aislado en el espacio fuera de la protección de una nave?) Sin embargo sí que es cierto que la película, en su recta final, se alarga más de la cuenta para llegar a un desenlace que seguramente pueda parecer demasiado previsible para más de uno.